CON JAVIER CANCHO

#HistoriaD: El expediente Müller

Con Javier Cancho viajamos hasta la Universidad de Tubinga, en Alemania, que alberga un ejemplo de un fenómeno médico extremadamente raro. El caso de una mujer de 94 años que murió estando embarazada. Tenía en su vientre un feto petrificado.

Javier Cancho

Madrid | 28.06.2022 13:40

Año 1720. Un sacerdote visita el lecho de muerte de una mujer llamada Anna Müller. Cuando el cura sale de la estancia en su rostro se aprecia un marcado gesto de consternación. El cura había palidecido. Había quedado impactado por la confesión.

Aquella señora nonagenaria, que siempre tuvo buen juicio…aquella anciana le acababa de contar al sacerdote que estaba embaraza. Las últimas palabras que pronunció fueron para compartir una revelación incomprensible.

Según el registro que puede consultarse en la Universidad Tubinga, la señora Müller tenía 94 años cuando le hicieron la autopsia. Cuando los médicos le hicieron la autopsia le encontraron un litopedio.

Descubrieron que en su interior, la difunta, llevaba un bebé de piedra. Era un feto del tamaño de una calabaza, que pesaba casi cuatro kilos.

Los doctores que abrieron a la señora Müller estaban ante un fenómeno médico muy poco común. El niño de piedra es resultado de un embarazo extrauterino, en el que el feto -después de muerto- se calcifica con el paso del tiempo.

En la literatura internacional, durante los últimos 400 años, fueron descriptos menos de 400 casos. El óvulo sale del ovario pero no llega a entrar en la trompa de Falopio y se fertiliza e implanta en la cavidad abdominal.

El embrión se adhiere fuera del útero, y el feto va creciendo hasta que llegado cierto momento no consigue sobrevivir. Si es demasiado grande, no se expulsa ni absorbe. Es ahí cuando comienza la calcificación. Comienza a petrificarse.

Anna Müller había llevado en su interior un bebé petrificado durante 46 años. Durante la mitad de su vida tuvo en su interior un bebé muerto hecho piedra. Ella sabía que el cadáver estaba ahí. Ella lo sentía. Pero, no se lo dijo a nadie hasta su último instante, hasta su confesión definitiva.

El caso de la señora Müller fue estudiado por la autoridades médicas de toda Europa en el siglo XVIII.

Aquí, en la Universidad de Tubinga, explican que tienen el litopedio mejor conservado del mundo. Llegan incluso a proclamar que no hay litopedio más hermoso que el de la señora Müller. Presumen del litopedio más antiguo en una universidad muy moderna.

El bebé de piedra de la señora Müller se exhibe en la colección de historia anatómica de la Universidad de Tubinga.

Pueden verse diferentes partes del cuerpo, en un recorrido por las sucesivas épocas de la evolución médica. Junto a una luminosa sala de conferencias, puede contemplarse un poco de todo lo que tiene el cuerpo humano en su interior.

Aunque, la colección más abundante es cadavérica. Tienen cráneos de varios siglos. Sin que se distinga una diferencia sustancial entre un cráneo del XVI y uno del siglo XX. Llegados al hueso todos parecemos iguales.