Después de seis libros de no ficción Manuel Marlasca publica su primera novela, 'Tú bailas y yo disparo', sobre un grupo de policías -el Grupo X-, que investiga la aparición de un torso de mujer metido en una maleta abandonada en una nave. Será la llamada Operación Santander.
El Grupo X existió en la realidad durante diez años, más o menos, cuando en la región policial de Madrid había 90 homicidios al año -ahora no llegan a 30-. Aquello desbordó a los otros dos grupos de homicidios que había y se creó el Grupo X para combatirlo. En total, fueron diez años en que se incrementaron en un 50% los efectivos destinados a investigar homicidios.
Dotar de rasgos humanos a los policías
"Uno de los empeños del libro trataba de dotar de rasgos humanos a los policías", pues es algo de lo que carecen muchas novelas policiacas, cuyos personajes son o "cyborgs que resuelven crímenes" o "personas torturadas, divorciados y que se refugian en el alcohol", cuenta en 'Más de uno' Manu Marlasca.
A la novela policiaca no le falta su banda sonora, algo que "salió de forma inconsciente", dice Marlasca. A través de la música se muestran las diferencias generacionales entre los policías del Grupo X. "Lorenzo Silva suena a Extremoduro siempre y aquí hay un poco de mí", dice el autor.
También hay un bar mítico en la novela, el bar Adextra en la calle Juan Bravo de Madrid. Aunque no existe, está basado en un bar real que montó un policía y le puso un nombre muy parecido a una base de datos de extranjeros y al que acuden muchos policías.
"Todos los reporteros de sucesos sabemos que hay una red de bares de policías donde uno puede ir a encontrar según qué policía de según qué especialidad en un bar o en otro", cuenta Marlasca.
"En este oficio nunca tiene uno todo sabido"
A la hora de escribir la novela, el autor ha necesitado documentarse mucho. Para escribir el momento en el que interviene un GEO en el libro, pasó un día entero en la sede de los GEO en Guadalajara con dos operativos que le enseñaron las armas que usarían en una operación como esa y la forma de actuación.
"En este oficio nunca tiene uno todo sabido. Hay que ir con las orejas bien levantadas y la movilidad suficiente para saber que vas a aprender", confiesa.
Reconstruir la dignidad de la persona asesinada
La historia nace de un crimen real de 1991, el asesinato del doctor Eugenio Rivero, un urólogo que murió asesinado en el barrio de Salamanca. Ocurrió cuando Marlasca apenas llevaba 3 años como periodista de sucesos y fue una de esas historias que se quedan grabadas y persiguió durante mucho tiempo.
A partir de esta historia, unida a otro crimen, todo fue creciendo. "A medida de que escribía me daba cuenta de que la novela iba creciendo en personajes; nunca pensé hacer una novela tan coral", asegura Marlasca.
En el caso del 'Rey del Cachopo' la particularidad de este crimen para deshumanizar a la víctima es que, además, le cortó las prótesis mamarias; "era como reducir a alguien a carroña". Durante la novela, "se trataba de reconstruir la dignidad de esa persona" y, por tanto, en la investigación hay una parte que sirve para resolver ese crimen, pero también para restituir a esa persona que tenía hermana, padres y hasta un hijo.