Después de veinte años, las tropas estadounidenses se han retirado de Afganistán, cumpliendo, así, con las exigencias de los talibanes de salir del país antes del 31 de agosto. Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea, califica lo ocurrido en Afganistán como "una tragedia para el pueblo afgano" y "una clara derrota para Occidente" que producirá "un cambio sustancial en las relaciones internacionales".
A raíz de la crisis en Afganistán, Europa "debe extraer lecciones de lo ocurrido" y analizar de qué manera se relacionará con el régimen talibán, puesto que "nos guste o no", las relaciones diplomáticas son necesarias.
La relación de la Unión Europea con los talibanes
El Gobierno de España ha manifestado que en ningún caso reconocerá como legítimo al Gobierno talibán. La Unión Europea, como institución política, no tiene capacidad de reconocer a un país, sino que son sus estados miembros quienes deciden reconocer o no a terceros. "Por el momento, el reconocimiento institucional está descartado", sostiene Borrell, quien espera que se "actúe de manera coordinada en la relación con los talibanes".
A pesar de ello, Borrell confiesa que todos los países llevan desde hace días tratando de contactar con los talibanes para las cosas que les interesan. "Para llevar a la gente al aeropuerto de Kabul había que hablar con los talibanes, que eran quienes controlaban las calles. A partir de ahora, habrá que contar con ellos para llevar la ayuda humanitaria", comenta.
Crisis humanitaria
Ahora, a la grave sequía que lleva sufriendo Afganistán debido al cambio climático, se le suma la caída de la producción del país como consecuencia de la retirada de las mujeres de los puestos de trabajo. Todo ello va a provocar una importante crisis que desde la Unión Europea se intentará paliar con ayudas humanitarias, las cuales coordina Josep Borrell.
Europa ya ha suspendido todas las ayudas destinadas al Gobierno talibán, como pueden ser las ayudas al desarrollo, pero ha multiplicado por cuatro la ayuda humanitaria. De no hacerlo, "Afganistán puede ser una tragedia humanitaria de dimensiones bíblicas", mantiene Borrell.
Crisis migratoria
Si los talibanes cumplen su compromiso de dejar salir a todos los afganos que quieran irse, serán muchos los que huirán del régimen talibán, por lo que la Unión Europea debe ser capaz de gestionar una posible llegada masiva de exiliados. "Me temo que con Afganistán pueda haber una oleada de afganos que huyan", dice Borrell, y, en ese caso, "Turquía no puede ser el lugar donde se vuelvan a acumular 3 o 4 millones de refugiados más".
Para evitar que ocurra como en 2016 durante la guerra de Siria, "hay que colaborar y cooperar con los países del entorno de Afganistán, empezar por ayudarles a ellos y a cuidarles", comenta en relación a las ayudas financieras. Borrell resume la complicada responsabilidad que debe asumir Europa diciendo: "Cuando decimos: 'que salgan todos los que quieran', la siguiente pregunta que hay que hacerse es: 'para ir a dónde'?".
Los partidos xenófobos como Vox en España utilizan estas crisis para reforzar sus posturas racistas en contra de los migrantes que llegan. Para Borrell, durante la crisis del 2016, "Merkel salvó el honor de Europa al abrir las fronteras de Alemania a los refugiados sirios". Ahora, espera que no vuelva a ocurrir lo mismo.
