Hace quince años, un equipo de científicos pidió voluntarios entre los trabajadores del Santander para monitorizarlos durante años en el intento de saber cómo surgen las enfermedades cardiovasculares en personas sanas.
El llamamiento tuvo éxito y la investigación, también. La revista Nature ha publicado el resultado de la investigación liderada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares -el CNIC-: las bacterias de nuestro intestino producen una molécula que puede causar aterosclerosis y sus peores consecuencias, que son los infartos.
La molécula en concreto se llama propionato de imidazol y la producen bacterias del intestino. Cuando entra en el flujo sanguíneo, desencadena una reacción inflamatoria en las arterias que genera acumulación de grasa.
El control del colesterol, la hipertensión, el tabaquismo o el sobrepeso ayuda a prevenir la enfermedad, pero su detección temprana es imprescindible.
Este descubrimiento abre ahora nuevas vías para su diagnóstico precoz. Las pruebas actuales requieren técnicas de imagen complejas y costosas que no están cubiertas por la Seguridad Social.
¿Cómo se desarrolla la enfermedad en una persona que está sana?
El biólogo y líder del estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, David Sancho, explica en Más de uno cómo se desarrolla la enfermedad en una persona que está sana. David asegura que el tabaquismo es un factor de riesgo, así como una alimentación con mucha grasa.
Lo interesante del estudio es que tenemos un nuevo biomarcador temprano de aterosclerosis activa
"Incluso en gente sana, hay un 30 % o 40% que desarrolla aterosclerosis", afirma el biólogo. "Lo interesante del estudio es que tenemos un nuevo biomarcador temprano de aterosclerosis activa o la que tiene mayor riesgo, el propionato de imidazol", explica.
Además, el biólogo afirma que un análisis de sangre permite detectar en un 20 % de los casos, un nivel alto de propionato de imidazol que se vincula con un alto riesgo de enfermedad.
¿Podemos actuar sobre nuestra microbiota?
El biólogo explica que tras el estudio se ve que el propionato de imidazol sí que es suficiente para el desarrollo de aterosclerosis.
