El Banco de España no solo custodia el oro del país; también guarda, entre sus muros, el legado de algunos de los nombres más ilustres de la historia española. Entre ellos, el de José Echegaray, ingeniero, dramaturgo, ministro y primer Nobel de Literatura español. En una insólita entrevista concedida al programa Más de uno, en su programa especial desde la sede de la entidad monetaria, Echegaray "regresó" por unos minutos al edificio que tanto marcó su carrera política y técnica, para repasar algunas de las decisiones más trascendentales que tomó como ministro de Hacienda durante la Primera República.
"Otorgar al Banco de España el monopolio de la emisión de moneda fue una medida excepcional en un momento crítico para el país", recordó Echegaray a Carlos Alsina, aludiendo al decreto que firmó el 19 de marzo de 1874. En aquel entonces, varios bancos provinciales compartían la capacidad de emitir billetes, y la situación económica, lastrada por la guerra carlista, exigía una respuesta contundente."Abatido el crédito por el abuso y agotados los impuestos, era necesario consolidar la deuda flotante y sostener los gastos de la guerra", citó textualmente, leyendo sus propias palabras recogidas en La Gaceta de Madrid de la época.
El acto, celebrado en el marco de una emisión especial desde la sede del Banco, tuvo momentos de notable emotividad. "Yo me siento muy apreciado por esta institución hacia la que tengo un enorme cariño", confesó Echegaray, que fue además retratado en dos ocasiones, una de ellas por Joaquín Sorolla, y que cuenta con un busto en el vestíbulo principal.
Relevante matemático con vocación de dramaturgo
Pero Echegaray no solo habló de economía. El también matemático e ingeniero repasó con Alsina su labor académica, puesto que introdujo en España la geometría de Chasles, la teoría de Galois y las funciones elípticas. Su vocación científica fue tan intensa como su pasión por el teatro: "Mi primer gran estreno, 'El libro talonario', coincidió con el decreto sobre el monopolio de emisión. Fue un mes antes".
Preguntado por su trayectoria literaria, recordó que escribió más de sesenta obras teatrales en treinta años, y que fue galardonado con el Nobel en 1904. "Todo es cuestión de organizarse", dijo entre risas, restando importancia a una carrera desbordante de logros. Sobre su legado, Echegaray mostró una mezcla de orgullo y humildad: "El decreto permitió crear una potencia financiera que ayudara a la Hacienda Pública, sin desatender las funciones propias de todo banco de emisión. Después de aquello, la mayoría de bancos provinciales se integraron en el Banco de España. Ahora lo llamarían concentración bancaria".
Como colofón, el ingeniero y dramaturgo expresó su curiosidad por las tecnologías del presente: "Este aparato por el que me están escuchando, ¿cómo se llama? ¿Radio? Me lo llevaré para estudiarlo. ¡Es fascinante!".