El relato de Gonzalo, el periodista español detenido en Venezuela: "Estuvimos esposados durante 12 horas"

Gonzalo Domínguez Loeda, treinta y cuatro años, periodista de la agencia Efe, seguirá haciendo su trabajo en Venezuela. Anoche lo soltaron los gorilas de Maduro. Dice que está bien. "Estamos bien, libres que es lo más importante y al pie del cañón otra vez".

La libertad recuerada. Y el trago de ser detenido en un país que no es el tuyo y sin saber de qué se te acusa. Éste es el relato en primera persona que ha compartido con nosotros Gonzalo.

"Todo comenzó hacia las 11.30 del miércoles. Guaidó había convocado concentraciones opositoras. A mi compañero Leonardo Muñoz le detuvieron porque estaba haciendo fotografías de un graffiti en un edificio junto con el motorista y pasamos el resto de la tarde intentando localizarle.

Nunca nos dieron respuesta. Cerca de las 21:30, vamos al hotel y nos encontramos a cinco personas del Servicio de inteligencia que nos llevan al Helicoide, la sede donde hay un centro de detenciones para entrevistarnos porque allí está preso nuestro compañero.

Allí les vemos, lo cual fue un alivio. Ellos estaban esposados y nada más llegar nos esposaron a nosotros también. En un principio me negué y pregunté que por qué, cuál era la razón. Ellos me dijeron que había una investigación en marcha y hasta que nos soltaron, 12 horas después, estuvimos todo el tiempo esposados.

Cuando yo llegué al hotel, ellos ya habían subido a las habitaciones y las habían registrado sin estar yo presente y lo supe porque tenían mi pasaporte en la mano. Pregunté y me dijeron que sí, que habían entrado en las habitaciones y lo habían registrado todo.

Cuando llegas al Helicoide, te piden que desbloquees el teléfono y se lo llevan para revisarlo sin estar tú presente. Ven tus conversaciones de Whatsapp, tus fotos. De repente, llegaba alguien y te preguntaba por qué tenías determinadas fotos. También preguntaban por qué había hablado con alguien por Whatsapp. Así durante horas y horas".

Ni Gonzalo ni los otros dos periodistas detenidos serán, finalmente, deportados. Las gestiones realizadas por España han permitido que el régimen recule y se abstenga de mandarlos de regreso a Colombia.

Podrán ser testigos, y podrán informar, por tanto, de lo que esté por suceder aún en Venezuela. Ocho días después del terremoto que supuso la jura de Juan Guaidó, la oposición democrática se declarada más confiada que nunca en que las grietas que se adivinan (o parecen adivinarse, nunca se sabe) en la tiranía chavista anticipan el desmoronamiento del aparato.