Beatriz Ramos Puente
Madrid | 26.10.2016 07:01
A esa edad, cuenta un guía turístico de Dundee, William dijo que le llegó la inspiración a través de una musa que le gritaba: Escribe!, Escribe!, entonces no dejó de escribir sin control, aunque nunca cobró por ello. A los pocos meses, se convirtió en el peor poeta en lengua inglesa de todos los tiempos.
Yo diría con contundencia que sus poemas son horribles, dice un experto escocés, a lo que otro añade que William era un vago. Hoy, plazas y calles llevan su nombre pero en vida fue múltiples veces humillado. Le invitaban a recitales con el único objetivo de mofarse de él. Le engañaron para viajar a Nueva York y a Londres e incluso un periódico le aseguró que el rey de Birmania lo había hecho Caballero de la Orden del Elefante Blanco.
Había público que acudía sólo para gritarle y tirarle comida podrida, a veces salía al escenario cubierto de ella. El peor momento de su carrera lo vivió cuando un puente construido sobre el río Tay, que atravesaba la ciudad, se hundió al paso de un tren en el que murieron todos sus pasajeros. Y William escribió su poema más famoso
A pesar de las críticas, siempre confió en su talento. De hecho cuando murió el poeta favorito de la Reina Victoria, se acercó hasta el Castillo de Balmoral para reemplazarle
No pasó de la puerta y le amenazaron con arrestarle. William se convirtió en el héroe local de Dundee después de lograr un inexplicable reconocimiento póstumo; muchos creen que ni siquiera alcanzó la categoría de "poeta".