Entonces Eduardo Rodríguez, el propietario del refugio, comenzó a tratarla con suero intravenoso confiando en que superara las primeras horas y no sufriera un fallo multiorgánico. Cuenta que ha rescatado perros desde que era niño y nunca ha visto un caso como el de Barilla. Además de comenzar a hidratarla y alimentarla, le hicieron una especia de arnés para que pudiera andar y fuera recuperando musculatura poco a poco.
Al principio la recuperación fue lenta, Barilla tenía que comer incluso tumbada pero fue cogiendo peso. Su llegada a los once kilos fue todo un triunfo. Siete semanas después de ser rescatada llegó a los 20 y no parece la misma perra.
Ahora Barilla está totalmente recuperada y vive con Eduardo Rodríguez y sus cuatro perros en su casa después de que éste la adoptara porque según explica, se enamoró de ella a primera vista.