ACOSO MACHISTA EN LAS REDES SOCIALES

El acoso sexual al que se enfrentan las mujeres cuando buscan empleo en Internet

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de la Mujer, en 'Más de uno' hablamos con tres mujeres jóvenes que han sufrido ciberacoso en plataformas de búsqueda de empleo.

ondacero.es

Madrid | 25.11.2021 13:08

La violencia machista puede darse en muchos sitios: en el ámbito familiar, en el trabajo, por la calle. Por desgracia, a todos esos espacios hay que sumar otro mundo en el que cada vez pasamos más tiempo que es Internet y las redes sociales: es el ciberacoso.

En España, 8'2 millones de mujeres mayores de 16 años han sufrido alguna vez acoso sexual

Según recoge el Instituto Europeo de la Igualdad de Género, las formas más habituales de violencia digital contra las mujeres (sean mayores o menores de edad) incluyen la extorsión sexual, las amenazas de violación, la llamada pornografía por venganza y los mensajes sexuales o pornográficos no deseados.

En España, según los últimos datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, 8’2 millones de mujeres mayores de 16 años han sufrido alguna vez acoso sexual. De ellas, el 16%, es decir, más de un millón trescientas mil mujeres, ha recibido correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, o mensajes de texto sexualmente explícitos inapropiados, que le hayan hecho sentir ofendida, humillada, o intimidada.

Caso práctico: un anuncio y 32 propuestas sexuales a cambio de dinero

Para comprobar en primera persona cómo las mujeres sufren ese acoso cuando ponen un anuncio en internet, desde 'Más de uno' hemos publicado un anuncio de demanda de empleo ficticio utilizando la identidad falsa de una chica joven. La llamamos María, y su anuncio decía: “Soy una chica de 22 años, de nacionalidad española, que busca trabajo cuidando niños o personas mayores, en hostelería, limpiando casas o cualquier otro empleo que pueda ayudarme a aportar dinero a mi familia, que atraviesa una situación económica complicada. Horario a convenir. Madrid y alrededores”.

El anuncio estuvo activo tan sólo 24 horas. De los 38 mensajes de Whatsapp recibidos -sin tener en cuenta las múltiples llamadas recibidas- 32 de ellas (casi el 85% de ellas) eran hombres que le ofrecían dinero a cambio de sexo.

Dependiendo de la edad de la víctima, podría tratarse de un delito de incitación a la prostitución de menores

Los mensajes de acoso en las redes son difícilmente perseguidos judicialmente porque, en la mayoría de casos, es complicado probarlos como delito. Ruth Sala,abogada penalista, especialista en delincuencia informática y ciberseguridad, explica que las conversaciones breves de dos o tres mensajes, que tratan simplemente de propuesta y rechazo, es prácticamente imposible que sea considerado ciberacoso. "Es como la oferta y la demanda, en realidad le está invitando a prostituirse", dice.

Sin embargo, si el acosador insiste largamente con varios mensajes a su víctima, sí se podría intentar la vía judicial. Además, dependiendo de la edad que tenga la chica -si se trata de una menor- se puede elevar el delito de incitación a la prostitución de menores. También, si el engaño se lleva a la presencia física con la excusa de la entrevista de trabajo, "se entraría en un nivel penal".

Además, denunciar a la plataforma un perfil determinado es algo positivo porque la plataforma sería responsable de que estudiera sucediendo el ciberacoso. A parte del bloqueo, si el acoso se está produciendo con gran insistencia y agresividad, se podría denunciar a la policía para transformarlo en ciberacoso que transforma gravemente la vida cotidiana de las víctimas.

"Le pedí a mi novio que me acompañara para ver si era una trampa"

Magdalena tiene 20 años, lleva muchos años poniendo un anuncio en Wallapoppara trabajar de niñera en verano. La mayoría de mensajes que recibe son ofertas de masajes donde ofrecen precios muy altos. Además, recibe mensajes del estilo: "Yo no tengo ningún niño, pero puedes cuidarme a mí" o "puedes trabajar conmigo como acompañante", denuncia la joven.

En sus anuncios vendiendo ropa, también ha recibido varios mensajes de hombres pidiéndoles que la vendiera usada o que le mandasen fotos de sus pies. Magdalena, que era acosada incluso cuando era menor de edad, a menudo avisaba de su edad y le decían: "A mí no me importa, tú haz esto y yo te pago".

El primer día que encontró un empleo cuidando niños le pidió a su novio que le acompañase hasta el portal de la casa para ver se trataba de un anuncio real o era una trampa.

"Le bloqueé antes de que fuese más explícito"

Lucía, de 26 años, sufrió ciberacoso por Linkedin, la red social para buscar empleo. En una ocasión un hombre que trabajaba en el sector donde ella buscaba trabajo, le habló e insistió en hacerle preguntas más personales sobre su edad, su altura y ciudad. Por su parte, Lucía le contestó: "Todo lo que necesitas saber de mi está en mi perfil".

En su caso, "no fue tan explícito porque le bloqueé antes de que eso pudiera pasar". Cuando le ocurrió, compartió su caso en Twitter, donde recibió muchas respuestas de chicas que también habían sufrido el mismo ciberacoso.

Fetichistas de los pies y propuestas para que sea su esclava

Enara tiene 29 años y lleva utilizando plataformas de búsqueda de empleo desde los 19 años, donde se ofrecía para limpiar casas. Durante todos estos años ha recibido todo tipo de ofertas que al principio parecen serias, pero que esconden propuestas sexuales.

En una de ellas, un hombre quería que fuera su criada; las condiciones eran que fuese desnuda y con un batín. También, un fetichista de los pies quería que Enara fuera descalza desde su casa hasta la suya para que él le limpiara los pies. Por fortuna, "aunque la oferta pareciera seria, evitaba acudir a la entrevista de trabajo si sospechaba de algo", explica.

En relación a estos terribles testimonios, la abogada recomienda mucha prudencia con la falsa sensación de anonimato que dan las redes sociales. "Es asqueroso, me doy cuenta de que hay muchos depredadores sexuales en todas partes", dice sorprendida Ruth tras escuchar a las jóvenes.