Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, ha asegurado en una entrevista en La Brújula de Onda Cero, con Rafa Latorre, que la decisión sobre el futuro de la central de Almaraz "no depende ya de las empresas propietarias", sino directamente "del Gobierno de la Nación".
El responsable nuclear confía en que Ejecutivo autorice la prolongación de la vida de la planta, cuya clausura está prevista para 2027, y advierte del coste social y energético que supondría su cierre.
"Sería lo lógico prolongar la vida de Almaraz"
Araluce ha recordado que Iberdrola, Endesa y Naturgy ya manifestaron su intención de solicitar la ampliación de la licencia de operación. "Lo lógico sería que se pudiera prolongar la vida", afirmó, subrayando que la nuclear sigue siendo una pieza necesaria del sistema eléctrico español.
Según explicó, "gran parte de la sociedad civil, los empresarios y las comunidades autónomas" consideran hoy la energía nuclear como "una pauta necesaria dentro del diseño energético". Todo depende ahora, remarcó, de que el Ejecutivo "dé su visto bueno para la prolongación de la licencia".
Un elemento de estabilidad para la red
Preguntado por el papel de la nuclear tras los recientes apagones, el presidente del Foro Nuclear insistió en su valor para mantener la estabilidad del sistema. "Las centrales nucleares, igual que las hidráulicas o las de ciclo combinado, aportan una inercia tremenda. Son fundamentales para mantener la frecuencia y la tensión de la red", explicó, apelando a la importancia de contar con fuentes síncronas de generación eléctrica.
Araluce subrayó además que la producción nuclear garantiza "energía estable las 24 horas del día" y no depende de factores meteorológicos, como ocurre con la solar o la eólica.
"El impacto socioeconómico sería tremendo"
El presidente del Foro Nuclear resaltó el carácter transversal del movimiento social que defiende la permanencia de Almaraz. "El movimiento es transversal, no solamente político, sino social", señaló, recordando que la planta crea riqueza y cohesión en la región.
"Viví allí 21 años, 14 de ellos como director de la central, y el impacto socioeconómico sería tremendo si se cerrara", afirmó. A su juicio, detener la actividad de "la mayor empresa de Extremadura" sería "un contrasentido" en un momento en que se promueve el apoyo a la España despoblada.
Últimos meses para decidir
Araluce admitió que el margen de decisión se estrecha: "Yo calculo que en la primavera siguiente ya tendría que decidirse", advirtió. La razón es técnica y logística. "Hay que comprar el combustible nuclear y eso no se hace en cualquier sitio, lleva plazos y requiere preparación", explicó.
Las empresas proveedoras y el personal especializado necesitan planificación, de modo que los próximos meses serán decisivos: "Estamos en los últimos momentos de decisión", resumió.
