LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Sánchez prometió que jamás aprobaría una amnistía, y cuando necesitó sólo 7 votos para ser investido lo hizo"

Rafa Latorre reflexiona en 'La Brújula' sobre la recién aprobada ley de la amnistía y los efectos de esta normativa frente a a la actualidad política española

Rafa Latorre

Madrid |

El Tribunal Constitucionalha legalizado el acto de corrupción política que dio origen al segundo mandato de Pedro Sánchez.La transacción que negoció Santos Cerdán en Waterloo y que permitió comprar con impunidad los siete votos que dependían del prófugo Carles Puigdemont.

Tal y como estaba previsto, incluso antes de que la ley fuera redactada, la mayoría del Gobierno en el Constitucional ha avalado la constitucionalidad de la ley de la amnistía que hizo posible la investidura de Pedro Sánchez y habrá dilapidado con ello su ya escaso prestigio.

Felipe González en contra de la amnistía

Algo se ha roto también en el socialismo hoy. El fundador del PSOE moderno, Felipe González, ha dicho que no cuente su apoyo nadie de los que ha participado en esta barrabasada. Los términos son suyo y lo que significa es que por de pronto ya no votará al partido cuya siglas resucitó y convirtió en hegemónicas.

González no votará a este PSOE de Pedro Sánchez, que ha comprado el poder a cambio de una ley que sólo un día antes de las elecciones del 23J sabían inconstitucional e ilegal. González ha calificado de bodrio la ponencia de Inmaculada Montalbán, magistrada cuyo ámbito de especialización está muy alejado del Derecho Constitucional y entre cuyos argumentos ha obviado uno esencial: la razón por la que se ha promovido esta ley y que no es otra que el borrado de los graves delitos del procés a cambio de apoyo parlamentario.

Ese es el fin espurio de la amnistía y el Constitucional dice que no le compete enjuiciarlo, sin embargo se inventa otros motivos como la pacificación de Cataluña o la convivencia que provocan risas burlonas en los independentistas.

El fin espurio de la amnistía que el Constitucional finge ignorar es la investidura de Pedro Sánchez, lo que la convierte a juicio de los informe de la Comisión Europea en una autoamnistía y lo que para Felipe González tiene un nombre y un apellido: corrupción política.

Una votación consolidada por solo dos votos

No ha sido una sorpresa la resolución porque estaba dictada antes siquiera de que la ley fuera redactada, ni los votos que la han hecho posible: 6 a 4. Una escuálida mayoría de extracción política que sirve para borrar la sentencia unánime de la Sala segunda del Tribunal Supremo.

6 a 4 porque un magistrado contrario a la amnistía fue recusado, José María Macías, y otro ha tenido la vergüenza de no votar a favor de una ley de la que había dicho esto cuando era el ministro de Justicia de Pedro Sánchez

Juan Carlos Campo ahora es magistrado del Constitucional. Un órgano de extracción política que ha dilapidado toda su credibilidad para los restos al resolver de forma exprés y sometiéndose incluso al calendario infame de la política un debate que se antojaba cuando menos complejo.

Los recursos de otras leyes convencionales, mucho menos controvertidas, precisaron de mucho más tiempo de deliberación. Quizás lo que aquí ha ocurrido es que se ha prescindido de la deliberación, que es algo que abrevia una barbaridad los trámites.

Ni siquiera ha esperado a que resuelva la Justicia Europea, que ya dispone de un informe en el que la Comisión Europea cuestiona la ley por suponer una autoamnistía, es decir suponer un beneficio directo para quien la promulga. Políticos borrando lo delitos de políticos a cambio de favores políticos.

El beneficiario directo de esta ley ha celebrado la decisión del Constitucional. En realidad, Pedro Sánchez ya había adelantado ayer cuál sería el resultado. Con una clarividencia un tanto reveladora. Bueno, de hecho el mismo día que anunció que haría lo que prometió que jamás haría ya vaticinó que el Constitucional avalaría lo que saliera del Congreso de los Diputados. ¿Cómo no iba a saberlo?

Hombre, y tanto que valió la pena. Que se lo digan a Santos Cerdán que fue quien la negoció. Ahora bien… lo que son los independentistas no se dan por aludidos con esto de la reconciliación y la convivencia. Saben que no va de esto. Hoy tienen razones para sentir que el Estado les ha pedido perdón y por eso Jordi Turull dice que esto no resuelve ningún conflicto, sencillamente es la autoenmienda del Estado por la represión ejercida contra los líderes del procés

Reacciones a ley de amnistía

¿Y ahora qué? La ley es parte de un acuerdo que negoció Santos Cerdán en nombre de Pedro Sánchez. Seguramente Santos Cerdán tenía razones muy poderosas para entregar lo que fuera para que su partido se mantuviera en el poder. Hace tiempo que dirigentes socialistas vaticinaban que Carles Puigdemont podría pasar el verano en su casa de San Julián de Ramis. O pasear por la Gerona de la que fue alcalde. No está tan claro, porque a pesar de que el Gobierno también se ha esforzado en rebajar las penas por malversación, el Constitucional no ha abordado la amnistía de este delito, porque eso no lo contemplaba el recurso del Partido Popular.

Ahora el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, interpela a los jueces competentes, o sea al Supremo, para que el historial de Carles Puigdemont sea borrado sin que sus delitos hayan sido juzgados y pueda regresar cuanto antes a Cataluña.

En cuanto a las reacciones… Ya ha dicho el fundador del PSOE moderno que nunca apoyará a nadie de los que haya participado en esta barrabasada. Los términos son suyos. Así que la amnistía le habrá procurado a Sánchez los siete votos que necesitaba para ser investido y habrá movido a una figura histórica del socialismo a votar en blanco a partir de ahora.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo ha empleado la misma definición del acto antijurídico de la amnistía: corrupción política.

Tal y como estaba previsto, aún antes de que la ley fuera redactada, el Constitucional ha dilapidado definitivamente su ya escaso prestigio con el aval de la amnistía. Por decirlo con los términos y el lenguaje que ha utilizado Felipe González, una mayoría ha votado amén al bodrio de ponencia de Inmaculada Montalbán.

Y como González, otros históricos del PSOE y una parte de su base se habrá divorciado después de la traición del partido, cuyo líder Pedro Sánchez, prometió que jamás aprobaría una amnistía de los independentistas del procés y que cuando necesitó sólo 7 votos para ser investido lo hizo y esa es la razón, y no otra, por la que en España hay una ley de amnistía.

Porque antes de necesitar esos siete votos. En la campaña que precedió al escuálido resultado que le hizo dependiente de Puigdemont. Pedro Sánchez, que hoy se dice orgullosísimo de su amnistía, decía algo muy diferente entonces.

Rafa Latorre monólogo