Monólogo de las ocho

Rafa Latorre: "Hay una tendencia por convertir cualquier cuestión ocurrida en el mundo en un debate nacional"

El monólogo de Rafa Latorre en La Brújula con su visión del día.

ondacero.es

Madrid | 09.01.2023 22:16

Desde hace meses diferentes voces, alguna de esas voces expertas las han podido escuchar en la Brújula, venían advirtiendo de la atmósfera irrespirables de la política en Brasil y del riesgo cierto de un enfrentamiento civil. El asalto a las sedes de los Tres Poderes ha sido sofocado pero eso no significa que el clima de insurrección se haya aplacado o que el insoportable tanto por ciento de brasileños que creen que les han robado las elecciones. Hay un 20, 25% de los votantes de Bolsonaro que están directamente conjurados contra el sistema.

Han sido necesarios 40 autobuses para trasladar a todos los detenidos, solo de la acampada del Distrito Federal.

¿Y Bolsonaro, qué dice? Pues está en Florida y ha ido a la clínica con un dolor abdominal. Claro, los dolores comenzaron en el momento exacto en que algunos dirigentes del Partido Demócrata empezaron a solicitar la expulsión del expresidente brasileño del país.

Lo cierto es que de la revuelta violenta en Brasil se pueden extraer algunas lecciones universales. Como que los sedes de los poderes en democracia son sagradas y que es intolerable su profanación, hay fuerzas que se creen hiperlegitimidadas por la patria o por el pueblo y que conviene tener un ordenamiento jurídico que defienda la democracia y condene como es debido a quienes la profanan.

Estas son lecciones más o menos universales que se podrían aplicar a cualquier democracia y luego el oportunismo de quien en un ejercicio de enviscamiento patológico pretende nacionalizar cualquier debate. Esto ocurre mucho en España. Hay un análisis nacional, por lo que está ocurriendo en Brasil, y regional, por la era de inestabilidad que se abre en todo Iberoamérica, porque el continente es un polvorín y si quieren, de Nicaragua a Brasil, pasando por Perú, se puede hacer un resumen de todas las turbulencias políticas que están sacudiendo la región.

Ahora que en España, que debiera ser la voz más autorizada para un análisis geopolítico o al menos político de lo ocurrido, sin embargo se han cruzado toda una serie de naderías, de declaraciones oportunistas… es todo de un ensimismamiento atroz. Hay una tendencia sin duda obsesiva por convertir cualquier cuestión ocurrida en el mundo en un debate nacional. Habrá quien crea que es una exageración decir que algo tiene que ver Twitter en todo esto. Pero tiene que ver, desde luego.

Por otro lado hace falta un cinismo blindado para ponerse exquisito como Podemos, que fue quien primero calificado a un gobierno de ilegítimo durante la investidura de Rajoy y jaleó a quienes rodeaban el Congreso. Para Gabriel Rufián que pide responsabilidad a Cuca Gamarra por un tuit de anoche ya habría que inventarle una palabra, porque cinismo queda corto, desde luego.

Hoy en Mas de Uno, Carlos Alsina hablaba con el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, que veía los hechos de Brasilia como de extrema derecha.

De la política española, vuelta a la escena tras las navidades, con algunas novedades. El fichaje de Borja Sémper, que regresa a la política activa como portavoz de campaña del Partido Popular. Feijóo está reforzando el partido con perfiles moderados,, con juventud, con experiencia, personas que se echaron a un lado durante el casadismo, y que ahora vuelven a la primera línea. Por cierto, hoy Sémper ya se ha estrenado y ha explicado bastante bien en qué consiste lo ocurrido en Brasil.

Una cita importante en la agenda es la cumbre hispano-francesa. Como saben, el país anfitrión elige la ciudad donde se celebra y Sánchez ha decidido llevarse a Macron y su comitiva diplomática a Barcelona. Es importante por lo que respecta a las relaciones entre ambos países pero también se le ha querido dar una relevancia nacional. Desde Moncloa le han filtrado a los intelectuales orgánicos, a las voces del oficialismo, que Sánchez pretende que esta cita certifique el final del procés, porque si un acontecimiento de estas características puede celebrarse sin problemas en Barcelona eso significa que Cataluña ha sido pacificada. Lo que no entraba en sus planes es que le han convocado una protesta los independentistas de Junts y de la CUP y lo que es peor, que Esquerra ha decidido sumarse, quizás porque no puede dejar de hacerlo. Veremos el cariz que cobra la protesta.