No sólo en Estados Unidos se van destruyendo convenciones democráticas que uno creía aceptadas y estables y perdurables. Un ejemplo de cómo se destruye una institución democrática lo estamos viviendo en directo en España con la degradación sin límite de la Fiscalía General del Estado.
Nadie debería sobrevivir en el cargo a esta situación. Ya su imputación por utilizar presuntamente información confidencial cuyo deber era custodiar lo ponía en una situación comprometida pero es que además el juez considera que es una evidencia que ha destruido pruebas que podrían facilitar la investigación.
A ver, a cualquier ciudadano medianamente esto le parecerá una obviedad. Cuando fue imputado, Álvaro García Ortiz destruyó todo rastro de las comunicaciones de los días críticos. Ahora además es una evidencia sustanciada en auto judicial. Así ha dejado constancia de ello el juez instructor Ángel Hurtado en un auto hecho público hoy.
Considera evidente que el Fiscal General del Estado ha hecho desparecer las pruebas que permitirían esclarecer el caso. Después de comprobar el minucioso borrado de sus dispositivos móviles tras ser imputado, el juez Hurtado considera que es una evidencia. Hablamos de un Fiscal General de Estado, es decir la persona que tiene encomendada la misión de promover la acción judicial para perseguir el delito. Y es evidente que ha actuado como un vulgar delincuente, borrando las huellas del escenario del crimen.
¿Dónde ha hecho saber esto el juez Hurtado? Pues miren… García Ortiz se ha quejado de que datos de la investigación acabaran reflejados en los medios de comunicación. De manera que el instructor ha dictado una resolución en la que acuerda que, en adelante, los anexos de los informes que elabore la Guardia Civil no se entreguen a las partes personadas, sino que estas deberán consultarlos en la Secretaría del Alto Tribunal.
Ahí en ese auto es dónde incluye esta conclusión que a nadie le era ajena, es una evidencia que destruyó pruebas y explica el juez… que "carece de relevancia penal que un investigado llegue a hacer desaparecer pruebas que le puedan incriminar", puesto que la ley lo permite, pero añade que "tampoco se debe ignorar que no tenga incidencia en el desarrollo de una instrucción penal».
El otro día, durante una comparecencia en la comisión de Justicia, Álvaro García Ortiz decía que estaba muy preocupado por la apariencia de imparcialidad a la que le exige el cargo. ¿De verdad? ¿Está preocupado por la institución? ¿Y se mantiene en ejercicio mientras está siendo investigado? ¿Y sobrevive a la evidencia de que ha hecho desparecer pruebas de una investigación? Así es como se destruye una institución.
Sobre la declaración de Carmen Pano
No es el único follón judicial que ahora mismo asedia al Gobierno. Digo al Gobierno porque ya se puede hablar de Álvaro García Ortiz sin problema como el ministro 23.
Hoy ha declarado ante el juez la empresaria Carmen de Pano. Quien es Carmen de Pano, la protagonista detrás de una de tantas primicias que el Gobierno quiso desacreditar como un invento de los seudomedios de la fachosfera.
Esta empresaria ha dado detalles de la entrega de dinero en efectivo, nada menos que 90.00 euros en la sede de Ferraz del PSOE. Primero, esa mujer se está autoinculpando de un delito, lo cual por lo menos requiere una cierta atención. Es verdad que todo puede formar parte de un pacto con la Fiscalía para mejorar su situación personal en otras causas como la de los hidrocarburos, pero eso no tiene por qué restarle credibilidad.
Ahora los detalles: hizo dos entregas de 45.000 euros cada una, según la versión dada en sede judicial. El dinero lo recogió en una oficina de la calle Alfonso XII de Madrid y lo entregó en la segunda planta de la calle Ferraz a una persona cuya identidad no ha revelado. Tan sólo precisó que cuando llegó a la sede nacional del PSOE dijo que venía a entregar un paquete de parte de Aldama.
La condonación de la deuda
Miren hay un principio inalterable de esta legislatura y en general de todo el mandato de Pedro Sánchez. Si el Gobierno presiona al PP para que diga sí a una ley es porque no tiene una mayoría para aprobarla y sus socios le han abandonado. Eso es lo que ha ocurrido con eso que llama la quita de la deuda. Que es una concesión que el PSOE, ni siquiera el Gobierno, le ha hecho a Esquerra Republicana a cambio de la Generalitat.
Ni siquiera tiene garantizado el sí de Sumar, pero sobre todo es una falacia que se trate de una condonación que vele por el interés general. Es asumir el riesgo moral de que la deuda contraída por Cataluña para financiar sus fantasías tendrá el premio de que sea asumida por el conjunto de los españoles.
No es una extinción de la deuda es convertir la deuda regional en deuda nacional y por eso este argumentario que ha desplegado Pilar Alegría tras el Consejo de Ministros es tan ofensivo. Con todos los respetos, no hay otra forma de decirlo: es tomar por idiotas a los españoles. Por idiotas de remate.
Pero qué locura es esta. Si esto se parece más al riesgo moral por el se renunció al rescate de Lehmann Brothers. Más bien es como si ahora el gobierno decidiera colectivizar el pago de la hipoteca de aquellos que tomaron una mala decisión en su día y ahora se ven apurados…
La cuestión es que Feijóo ya le ha dicho a los suyos que pudieran verse tentados a mancomunar la deuda, De todas maneras, como siempre ocurre, si el Gobierno presiona al PP para que apoye una medida es porque no tiene una mayoría en el Congreso para aprobarla. Y a esta hora, Junts ya ha abierto la puerta a votar en contra de la condonación. ¿Por qué? Pues porque ha sido pactada por ERC, mientras Sumar hace equilibrios internos para conjugar el rechazo de Compromis y el respaldo de los Comunes. Porque son 18 partidos y no es lo mismo lo que opina un partido valenciano que uno catalán.
Yolanda Díaz y la polémica con Aimar Bretos
Ahora, que para polémicas alucinantes, la de Yolanda Díaz. Esto sí que es de no creer. Es que ayer mi vecino de dial, el querido Aimar Bretos le preguntó a la vicepresidenta por si ella había sentido alguna discriminación y resulta que ella… la persona conocida que más se extralimita en su afectos… dice que es que un periodista le dijo que cada vez estaba más guapa… y qué fíjense que cosas tan graves tiene que sufrir una mujer.
Debería tener cuidado porque como se tipifique como un delito decirle a alguien que está muy guapo se va a enfrentar Yolanda Díaz a una demanda colectiva que se le va a caer el pelo. Hemos recopilado aquí una pequeñísima muestra
Falta aquí cuando recibió a Antonio Garamendi diciéndole exactamente que cada día estaba más guapo. Y qué decir de cuando casi descoyunta a Antonio Maíllo. Que le dio un achuchón que por poco le fractura tres costillas.
