Lo de Ferrovial no es una operación corporativa, ni siquiera es una cuestión de interés general, se ha convertido en una guerra personal para Pedro Sánchez y en esos términos, de Vencedores y Vencidos se va a leer el resultado de la Junta General de Accionistas de la compañía. Si Ferrovial traslada su sede fiscal a los Países Bajos se dirá que el Gobierno ha perdido, si se queda se dirá que ha ganado. Esto es pueril pero sobre todo es arriesgado. Tan arriesgado que explica la ansiedad con la que el ejecutivo está actuando a pocas horas de que los accionistas de la megaempresa tomen su decisión final.
Por su interés les voy a repetir la reflexión que le leía hace un rato a Miquel Roig de El Confidencial: «Alguien me va a tener que explicar despacito la estrategia de defender que en España sí hay seguridad jurídica amenazando con facturas fiscales millonarias a una empresa que decide trasladar su sede a otro país de la UE». Y eso es lo que ha ocurrido cuando esta mañana se encontraron los accionistas de Ferrovial en la portada del diario El País las advertencias del Gobierno sobre los cien mil males fiscales que vendrían en caso de que tomaran la decisión errónea.
¿Qué se sabe de lo que puede ocurrir el jueves? Pues hay posibilidades de que una parte suficiente del capital de la empresa se oponga a la operación de traslado, por de pronto el fondo soberano noruego, el Northern Bank, se opone y tiene un uno y medio por ciento. Con un dos y medio bastaría para complicar la mudanza. ¿Ha hecho alguna gestión diplomática el gobierno con los socialdemócratas noruegos para que echen una manita? Eso nunca lo va a reconocer. Pero ya les digo que lo que aquí se juega es mucho. De hecho se juega más en lo político que en lo económico.
Este es el ambiente en las horas previas a la Junta, la más anómala de cuantas habrá celebrado la compañía, según le decía esta mañana el portavoz Francisco Polo a Carlos Alsina en Más de Uno.
Ahora cuando les contaba lo de Ferrovial, puede sonar sorprendente el componente personal que ha adquirido esta historia, pero es que este gobierno se ha acostumbrado a señalar personalmente los comportamientos de individuos particulares por su nombre y apellidos. Fue muy significativo en la entrevista de hoy con Alsina al portavoz de Ferrovial, cuando le dice: «bueno el presidente del Gobierno señaló a Rafael del Pino en Copenaghe». Y el portavoz le recordaba… «Y en Helsinki, en Helsinki»
Y es verdad, le señaló en Copanghe y en Helsinki y ahora convirtió una decisión corporativa en una pura guerra personal.
Se suele subestimar el componente personal de la política. Por ejemplo, ¿ustedes creen que no pesa lo personal en la guerra que mantienen Yolanda Díaz contra Podemos? Miren la noticia de hoy por ejemplo. Carla Antonelli, después de haber luchado a brazo partido al lado de Irene Montero por la ley trans irá en la lista de Más Madrid para la comunidad. O sea contra Podemos. Esto de la unidad de la izquierda es un lío fenomenal. Fíjense que el padre de Yolanda Díaz va a cerrar la candidatura de Unidas Podemos a la alcaldía de La Coruña. Porque Izquierda Unida se sigue presentando con Podemos en las municipales.
La cuestión personal pesa muchísimo en la política. Hoy Podemos le ha manufacturado un vídeo cargado de alusiones nada veladas a Yolanda Díaz. Muy sutil. Tan sutil como la canción de Shakira a Piqué. Perdón que te sal pi que.
Lo que hace Podemos es convocar a su feligresía a un gran acto en Zaragoza el fin de semana con el que va a arrancar la precampaña electoral. No empieza de forma muy conciliadora la carrera hacia el 28M. Hoy además Pablo Iglesias ha seguido con su espídica, hiperactiva agenda mediática… hombre, se ha montado un medio para poder hablar sin parar durante todo el día… Y lo que dice es poco conciliador con Yolanda Díaz. Aunque a decir verdad, en algo tiene razón. Ella quiere darle a Podemos un papel testimonial, muy modestito, y… oye… es perfectamente entendible que se resistan. Sobre todo porque Yolanda Díaz no ha acompañado a Podemos que es quien la convirtió en alguien en ninguna de las guerras furibundas que emprendieron contra el PSOE en el seno de la coalición.
Siempre que había conflicto, Yolanda Díaz optaba por el desvanecimiento y los más fabuloso es que pretende seguir así. Como si fuera una fuerza de interposición. Como si fuera un casco azul, pero Yolanda Díaz ahora lidera un proyecto. Tendrá que tener alguna opinión sobre algo. Menuda escena hoy tras el Consejo de Ministros. Yolanda Díaz ante los periodistas y cabía esperar que respondiera a alguna pregunta, porque tal cosa es liderar y ella pretende liderar una formación.
¿Tiene opinión la futura candidata sobre cómo hay que reformar la nefasta ley que ha provocado ya 800 rebajas penales a violadores y pederastas? ¿Es más partidaria de la vía Pilar Llop o de la vía Irene Montero? Si tiene opinión, desde luego no la expresa. Esta vez se ha escudado nada menos que en la disciplina de voto para argumentar su postura. No parece que sea lo más audaz.