EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Como si los españoles fueran por la vida con un pinganillo en la oreja"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el pleno de las lenguas, el aplazamiento de la Unión Europea de la decisión de las lenguas cooficiales y las declaraciones de Junqueras.

Rafa Latorre

Madrid | 19.09.2023 20:13

Ha sido el día de los pinganillos en el Congreso y la bancada del PSOE lo ha celebrado como si siempre hubiera creído en ello. Misión cumplida. Que no era otra que cumplir con la exigencia de los socios nacionalistas para conseguir la mayoría de la mesa del Congreso. Que esto ahora se celebra con gran entusiasmo plurinacional, pero en realidad solo viene a satisfacer una lógica más cínica.

Ahora lo que se complica es lo de Bruselas porque allí hay países que no ven ninguna razón para convertir en oficiales en las instituciones comunitarias el gallego, el euskera y el catalán y por eso han aplazado el debate. Entonces el Gobierno ha dicho: pues primero lo importante, que es satisfacer a Puigdemont. Vamos a priorizar el catalán, que igual es más fácil que nos lo acepten en Europa. Y, claro, los del PNV o el BNG se han enfadado. Y son tan importantes para la investidura de Sánchez, como Esquerra o Junts.

Al menos el jefe de la diplomacia española tiene un consuelo y es parte de un mensaje emitido desde Waterloo.

Es Carles Puigdemont que le agradece los esfuerzos realizados en su nombre ante Bruselas para conseguir que el catalán sea una lengua oficial en la Unión Europea. Claro que en el estilo arrogante al que se ha acostumbrado Puigdemont desde que es un socio potencial del Gobierno, le ha informado Albares que sus esfuerzos no son suficientes.

El PSOE sí puede presumir de haber cumplido con la exigencia de sus socios nacionalistas

Por cierto, que hoy es un día muy agitado, en el que también se ha podido escuchar a otro socio del gobierno, este no un prófugo sino un preso reinsertado: Oriol Junqueras. Ha acudido a las puertas del Congreso para celebrar el gran idea y allí en plena euforia y a falta de información por parte del PSOE ha informado del rumbo de las negociaciones para investir a Pedro Sánchez.

Puede que las negociaciones en Bruselas no estén obteniendo el éxito deseado, pero el PSOE sí puede presumir de haber cumplido con la exigencia de sus socios nacionalistas para que le dieran la mayoría de la mesa del Congreso.

Así empezaba la jornada en el Congreso, con los intérpretes probando la señal. Dicen que ahora el Congreso se parece más a España aunque la verdad creo que es la primera vez que veo a dos españoles hablando entre sí con la ayuda de un intérprete.

El PSOE siempre se había opuesto a que esto ocurriera. Siempre. ¿Por qué? Pues por razones muy comprensibles que ahora han pasado a ser cavernarias. Por ejemplo que el Congreso es la sede de la soberanía nacional, donde se dirimen los asuntos comunes. Que hay una lengua en la que todos los diputados se entienden o que ya otros ámbitos donde exaltar las diferencias y las particularidades. Nada menos que 17 parlamentos autonómicos y una cámara territorial que es el Senado.

Pero, todo esto dejó de ser razonable para el PSOE en cuanto lo necesitó para obtener una victoria parlamentaria, que es la que condujo a Francina Armengol a la presidencia de la Cámara. Una vez más, la necesidad particular de Pedro Sánchez como fuente de derecho

Ha sido precisamente un diputado socialista José Ramón Besteiro el que inauguró esta nueva era. Incluso antes de la votación que había de aprobar el reglamento. O sea que el debate acerca de la reforma del reglamento para la inclusión de lenguas cooficiales se hizo en lenguas cooficiales, pero a estas alturas quién podría pedir respeto a las ceremonias parlamentarias.

Como si los españoles fueran por la vida con un pinganillo en la oreja

En cuanto comenzó la primera intervención de Besteiro, los diputados de Vox abandonaron el hemiciclo y dejaron sus pinganillos en el escaño de Pedro Sánchez. El PP ha permanecido en sus escaños y luego Borja Sémper ha hecho esto que en teatro llaman un buen intento fallido.

Porque quiso defender la posición de su partido iniciando su intervención en euskera, que sí, que tiene su sentido, pero que ocurre que ese sentido no se ha entendido y eso es lo que en teatro se llama un buen intento fallido. Pero hay quien quiere convertir en la gran noticia del día. En la categoría. Luego ha explicado Sémper la sustancia de su denuncia, que es lo importante.

Y así continuó el pleno. Con Mertxe Aizpurua de Bildu en euskera. Fue muy seguido el discurso de Gabriel Rufián, en algo que se parecía al catalán.

Y así se nos fue la tarde en el Congreso, mientras los diputados iban recibiendo la traducción en castellano de todos los idiomas cooficiales, porque es el idioma que todos entienden y el día que trataron de explicar esto, no como lo que es, una cesión del PSOE a los nacionalistas en pago por su apoyo ¡sino como una normalización del debate parlamentario! Como si al fin la cámara se pareciera a la calle, como si los españoles fueran por la vida con un pinganillo en la oreja.