La brújula

El monólogo de las ocho: "Si algo es achacable a esta reforma española es que sólo trata de evitarse el conflicto y posponer los problemas"

El monólogo de Rafa Latorre en La Brújula, hoy desde el Teatro Romano de Cartagena en un programa especial en Murcia.

ondacero.es

Madrid | 16.03.2023 20:39

La Brújula se ha instalado hoy en el museo del Teatro Romano de Cartagena. Ahora hace un rato visitando este prodigio escuchaba a una señora que le decía a una amiga suya: «Hay que ver los romanos qué modernos era y ¡qué inteligencia!». Y es verdad. Qué han hecho por nosotros los romanos… pues por de pronto este maravilloso lugar excavado en la misma roca del monte.

Estamos encaramados a unos 20 siglos de historia. Hoy además Murcia es noticia por diversas razones. Se ha retirado un político murciano que por un tiempo gozó de mucha celebridad. Teodoro García Egea. El hombre que se soñó general secretario, como aquel Cascos implacable, y que acabó como diputado raso y ya ni siquiera porque acaba de abandonar el escaño y regresa a su actividad profesional… igual se centra en el tema de las criptomonedas en el que se ha especializado últimamente. Claro que el negocio no está en su mejor momento. No ha tenido mucho ojo para esto… Tampoco para esto…

Murcia también es noticia porque Ramón Tamames no se ha olvidado del problema del agua en el discurso de su moción de censura y aquí el problema del agua es una tema tan candente que López Miras quiere que el Congreso vuelva a debatir sobre los trasvases y en concreto sobre el del Tajo-Segura. Por primera vez en la historia de la Región se promueve una ley en la Asamblea Regional que se elevará posteriormente al Congreso de los Diputados para que "el trasvase sea intocable y esté protegido».

Ramón Tamames quiere recuperar los trasvases aunque también es partidario de la desalación y la reutilización del agua. Ya ven que hasta el último detalle se conoce del que será su discurso, aunque él dice ahora que lo que ha trascendido es una versión muy inicial y anticuada. Hoy ha estado con Santiago Abascal para escenificar su armonía, después de unas cuantas entrevistas muy disonantes.

Además, otras noticias. Se produce un contraste radical entre España y Francia. Entre la forma plácida en que Pedro Sánchez va a sacar adelante su reforma de las pensiones y el incendio al que se enfrenta Emmanuel Macron, agravado desde que anunció que iba a aprobar su reformar por la vía unilateral, por la vía del decreto y prescindiendo del voto de la Asamblea. Claro que es una comparación de doble filo por más que la esgriman esforzados voceros oficialistas del sanchismo. Para huir del conflicto basta con concederle lo que piden a los sindicatos y así no tendrás conflicto pero tampoco solucionarás los problemas y si algo es achacable a esta reforma española es que sólo trata de evitarse el conflicto y posponer los problemas. Lo de Francia es otra cosa.

Lo que dice la primera ministra de Macron, Elisabeth Borne es que el artículo 49.3 permite eludir a la asamblea y Macron decidió recurrir a ese artículo cuando comprendió que no tendría los votos parlamentarios necesarios para aprobar su reforma. Enseguida de inmediato, se avivaron las protestas que desde que se conocieron sus planes estallaron por toda Francia, con manifestaciones masivas, más de ocho huelgas… además de izquierda a derecha, porque también el lepenismo está aprovechando el desgaste.

Todo esto ocurre en medio de una inestabilidad financiera que nos da un sobresalto casi cada día. Hoy no. Hoy es día de respiro. Sin euforia pero de respiro. Porque el Banco Central Europeo ha enviado un mensaje contundente. Es un doble mensaje que quiere decir sin rodeos que cree en la solidez del sistema financiero y que si su fe se viera traicionado haría lo que hiciera falta para remediarlo. O sea, que no va a corregir su deriva de subida de tipo y ha incrementado el precio del dinero en medio punto y ha añadido que si hubiera problemas de liquidez ahí estaría el banco central para aliviarlos.

Y una cuestión más. Ha muerto Félix Millet. A la velocidad que va todo puede que este nombre ya no le diga nada. Pero con él empezó a descubrirse que el estanque dorado era en realidad una ciénaga. Ahora que los dos símbolos del catalanismo moderno se pudren en el descrédito, Jordi Pujol y el Barça, habrá que recordar que lo primero de lo que se supo fue del Palau de la Música. Aquel fue un saqueo propio de cleptómanos. Hombre, basta decirles que Félix Millet le cargó la boda de su hija al Palau y luego le cobró a los suegros.

El anecdotario de aquel caso es cruel. Se lo llevaron todo. De un cutrerío verdaderamente bochornosos. Pero sobre todo reveló lo que se escondía tras el esforzado prestigio del catalanismo cuyo uno de sus símbolos más orgullosos era una cripta de ladrones.

Hoy ya ven es el Barça quien tiene que responder por su propio caso de corrupción que arrancaba cuando fichaba secretamente a Enríquez Negreira, el número dos de los árbitros. Curiosamente, por la misma época por la que empezó el caso Palau. Comienzos del siglo XXI. Primero dos mil