Nada ni nadie está aislado en el planeta como ya quedó claro con el efecto mariposa y el aleteo de sus alas o la Gran Recesión del 2008. Todo está interconectado y con la economía esto es más evidente. Después de ahormar una mayoría suficiente para gobernar, Pedro Sánchez, necesita rezar al Maneken Pis de Bruselas para que la Comisión Europea dé luz verde a saltarse los objetivos de déficit.
No basta con el apoyo de Podemos y ERC. Hoy, en el primer Consejo de Ministros de su nueva etapa, el presidente del Gobierno ha venido a reconocer que no va a poder cuadrar las cuentas públicas. Dice que hay nueva situación económica, nuevo Gobierno y nueva Comisión Europea, así que habrá que negociar. La patronal está preocupada, afirma que el déficit se puede disparar hasta el 3,5% porque los nuevos ingresos apenas superan los 6.000 millones y los nuevos gastos son 25.000.
Temen una subida de impuestos superior a la anunciada. Por lo pronto, Sánchez cumple con su promesa de subir las pensiones un 0,9%, lo que el IPC, pero los sindicatos quieren más, quieren la derogación total de la Ley de Pensiones de Rajoy. Entre medias, en los cielos empresariales no solo hay humo. Ryanair estudia eliminar más sedes en España cuando uno de los mayores fondos de inversión del mundo, el todopoderoso Black Rock anuncia que en aquellas empresas de las que son accionistas votarán en contra de los equipos directivos que no progresen en la sostenibilidad, en la lucha contra el cambio climático. Como veis el humo de Australia llega a todo el planeta y consejo de Administración.