La actualidad económica pasa hoy por las verdes praderas helvéticas de Davos.
Davos se ha convertido, en estos 51 años de existencia, en uno de los mayores zocos del planeta. Zoco y foco. Se va a por réditos mediáticos, pero también a hacer relaciones públicas e intentar cerrar negocios.
El presidente Pedro Sánchez aprovecha Davos para vender las excelencias de la economía española y los planes de recuperación. Esta noche mantiene reuniones con directivos de algunas de las empresas más importantes del mundo de la electrónica, de los superconductores y circuitos integrados, justo a pocas horas de la aprobación en el Consejo de Ministros del PERTE de los microchips, con una inversión de 11.000 millones de euros.
El de los microchips es el nuevo PERTE que aprueba el Gobierno, tras el de automoción, el aeroespacial, el del ciclo del agua, salud, industria naval, el de la lengua, la economía circular, el agroalimentario, las energías renovables y salud. Muchos dineros, muchos anuncios pero demasiadas empresas, en especial las medianas y las más pequeñas no han visto un chavo de las ayudas.
Entremedias, la Comisión Europea saca de nuevo los colores a España a cuenta de la inmensa deuda pública, elevado déficit y alta tasa de paro. Calviño prefiere quedarse con que le parece positivo que Bruselas extienda un año más la relajación de las reglas fiscales, no en vano, España es uno de los países más beneficiados.
En el ámbito fiscal, lo más destacado, Juanra, es la ofensiva de la Comunidad de Madrid. Su presidenta, Isabel Ayuso anuncia que piensa deflactar el IRPF en los tramos autonómicos en 2023, según evolucionen los salarios. Lo que no termina de evolucionar son los trabajadores por cuenta propia. Según el Barómetro de Autónomos dos de cada tres no han superado aún la crisis de la Covid
