El Gobierno ha pulsado el botón de pausa, de stand by, de espera. Vamos hace un Kit-kat hasta después de la Cumbre Europea. Casi todo queda para después del Consejo Europeo. El Gobierno se lo toma con calma, el personal no tanto.
El gas es altamente inflamable y voluble. Lo vemos continuamente en la política energética del Gobierno, que es confusa a inestable. Por la mañana, fuentes del ministerio de Transición ecológica anunciaba que el Gobierno renunciaba a imponer un tope de 180 euros en el megavatio eléctrico. Este tope lo anunció la ministra Teresa Ribera en Onda Cero hace 4 días.
Fuentes cercanas al Gobierno indicaban a Onda Cero que se estaban barajando otras opciones para evitar el contagio del precio del gas en el precio de la luz. Y esto ocurría mientras el presidente Pedro Sánchez viajaba hacia Paris para reunirse con Emmanuel Macron en su gira para convencer a Europa de la necesidad de establecer medidas para frenar el precio de la electricidad. Y gira que te gira, la vicepresidenta Calviño asegura, que esa política no cambia
Es casi misión imposible conocer con detalle la política energética del Gobierno. Sabemos lo que dijo el ministro Félix Bolaños, que bajará el precio de la luz, del gas y de los carburantes. La cuestión es cómo.
Y todo queda para después del Consejo Europeo de jueves y viernes. Todo se pospone. Igual que se posponen los detalles del acuerdo alcanzado por el Ejecutivo con las organizaciones de transportistas presentes en el Comité Nacional del Transporte. En este comité no está la Plataforma de autónomos convocante de la huelga. Pues bien, el Ejecutivo ha anunciado un acuerdo con el Comité, con 500 millones de euros de ayudas y ampliación en el gasóleo profesional, pero hete aquí que hasta después del Consejo Europeo no se conocerá la cuantía exacta de la rebaja fiscal para los camioneros.
Lo que si se sabe es el rosario de pérdidas que se sucede en el tejido industrial, comercial, agrícola, pesquero, en la logística. Dificultades de suministro y problemas en la reposición de productos. Los empresarios no entienden porque se retrasa la aprobación de las medidas que ya se están tomando en otros países, sin necesidad de esperar al Consejo Europeo.
El caso, Juanra es que la Guera en Ucrania y la huelga de los camioneros ha provocado un aumento del 23% en la compra de alimentación, por miedo al desabastecimiento. Y encima, en los mercados internacionales se agudizan las tensiones en minerales básicos como níquel, aluminio o paladio y también en el petróleo. Se encarece un 6%, a los 114 dólares. Rusia afirma que si Europa boicotea su petróleo el barril de crudo alcanzará los 500 dólares. Por asustar que no quede, cosas de la guerra.