Opinión en La brújula

La mirada cítrica: "El Covid-19 no deja vivir y no deja negociar"

Ignacio Rodríguez Burgos pone la mirada cítrica en los Presupuestos Generales del Estado, el Plan de Recuperación y los daños que puede tener la pandemia si se alarga en el tiempo.

Ignacio Rodríguez Burgos

| 15.10.2020 21:19

Los vientos no siempre traen algo bueno. Al menos por el lado de la pandemia. Esto es algo más que un vendaval, es un ciclón. Los mercados financieros se transmutan en plasma y se visten de rojo. Pero el viento trae novedades. Como por ejemplo que una empresa de energías renovables NextEra ya vale más que los clásicos del petróleo como Exxon o Chevron. Soplan vientos de cambio.

Empujado por el Lebeche o el Simún, vientos del sur, marcha hacia Bruselas el Plan Presupuestario español. Un plan con 196 mil millones de gasto, que incluye, por adelantado, 27.000 millones de los fondos europeos. Un plan con dos características: los presupuestos no han sido aprobados ni siquiera por el Gobierno y los fondos europeos se pueden retrasar. Todo un riesgo como reconoce la vicepresidenta Calviño.

La pandemia y los daños estructurales en empresas y empleos

Calviño también reconoce que si la pandemia se alarga en el tiempo hay riesgo de daños estructurales en las empresas y en los empleos. La riqueza de las familias mengua y las deudas aumentan cuando los parados mayores de 55 años se han multiplicado por tres en la última década. Y es que la experiencia en algunos sectores no es un grado, es un lastre. El ministro Escrivá debería tenerlo en cuenta en sus proyectos para penalizar las jubilaciones anticipadas.

El Covid-19 no deja vivir y no deja negociar. Los países europeos multiplican las limitaciones y entre toque de queda y calamidades no hay margen para la recuperación. España se aleja de la convergencia europea, mientras el Congreso convalida la extensión de los ERTE.

España necesita más investigadores

Hace una década en los aeropuertos españoles, en la sala de control, entró no la tramonta sino una galerna y generó un caos en el aeropuerto de Barajas. Los controladores aéreos pararon. Los aviones en tierra. Ahora la justicia condena aquellos actos por abandono de servicio público.

Aquella huelga encubierta llevó al Gobierno de entonces a decretar el primer Estado de Alarma de la democracia. Hoy los estados de alarma pueden llegar por aerosol. La industria farmacéutica es una de las grandes protagonistas de esta crisis. España necesita mas investigadores y más cuando está en juego la supervivencia sanitaria, social y económica.