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Ciencia en La Brújula: ¿Eran los dinosaurios de sangre caliente?

Nueva entrega de Ciencia en La Brújula con Alberto Aparici, esta vez sobre una curiosidad de los dinosaurios

ondacero.es

Madrid | 03.06.2022 22:23

Pocas cosas despiertan tanto la imaginación como el esqueleto de un dinosaurio. Hace millones de años caminaban sobre la Tierra, pero ahora sólo nos quedan sus huesos… y un montón de preguntas. ¿Cómo se movían? ¿De qué color eran? ¿Rugirían, como los leones, o cantarían, como los pájaros? ¿Alguno, tal vez, era inteligente? Hoy lo que nos preguntamos es si podemos saber si los dinosaurios eran de sangre caliente o de sangre fría.

¿Y por qué ese detalle en concreto es interesante? Pues porque la sangre caliente, la capacidad de generar su propio calor interno, condiciona el comportamiento de un animal. A temperaturas altas nuestro metabolismo funciona más rápido y podemos ser más activos, movernos más, reaccionar más rápido. También, precisamente por eso, tenemos que comer más que un animal de sangre fría. Los seres de sangre caliente pueden dar mejores cuidados a sus crías: pueden, por ejemplo, incubar los huevos con su propio calor, como hacen las aves.

En los animales actuales ¿Cuáles son de sangre caliente y cuáles de sangre fría? Los grupos de sangre caliente modernos son los mamíferos y las aves. El resto: reptiles, peces, anfibios, invertebrados… son casi todos de sangre fría. Así que cuando nos preguntamos si los dinosaurios tenían sangre caliente, en realidad lo que nos estamos preguntando es si se parecían más a un avestruz o a un cocodrilo.

¿Y cómo se puede averiguar eso de un dinosaurio, si lo único que nos queda son los huesos? Pues efectivamente es muy difícil, pero hace unos días se publicó un artículo con la que puede ser la primera medida directa del metabolismo de los dinosaurios. Su idea es muy ingeniosa: los seres de sangre caliente, como nosotros, usamos un montón de oxígeno.

Estamos continuamente quemando glucosa para producir calor, y eso genera muchas sustancias químicas oxidadas dentro de las células. Bueno, pues la idea es: ¿por qué no buscamos esas sustancias en los fósiles? Al fin y al cabo, se acumulan en la carne y en los huesos, y luego irán a parar a los fósiles. ¿Y si pudiéramos encontrar una diferencia química entre los fósiles de animales de sangre fría, que tendrían menos de esas sustancias, y los de sangre caliente, que tendrían más? Eso es lo que han buscado, en fósiles de dinosaurios y de otros animales extintos, y eso es lo que han encontrado. Por eso su artículo ha sido publicado en la revista Nature.