La violencia entre bandas juveniles no cesa y el incremento de los enfrentamientos entre estos jóvenes ha puesto el foco sobre un fenómeno que parece estar cambiando. Son jóvenes que no superan la veintena y otros, incluso, son menores de edad.
Desde el gobierno, se ha instado a la Policía Nacional a redoblar sus esfuerzos en la lucha contra la violencia de las bandas juveniles que mantiene en alerta a algunas comunidades autónomas como Madrid, donde se ha reforzado la presencia de agentes municipales en los distritos donde se ha detectado su presencia.
Pero la lucha contra estas bandas no solo pasa por el control policial, la educación es fundamental para prevenir que los jóvenes entren en esos grupos violentos y debe partir de los centros educativos y de las familias.
Katia Núñez, antropóloga experta en bandas juveniles, no cree que las bandas juveniles "estén creciendo" en nuestro país y defiende que "hace falta más intervención social": "En Madrid siempre se ha apostado más por las medidas judiciales y son necesarias más medidas sociales como centros de jóvenes en los barrios. Es una asignatura pendiente de la Comunidad".
La antropóloga explica, además, que aunque los miembros de estas bandas "no siempre vienen de familias desestructuradas, en la mayoría de los casos el patrón común es una familia en situación de precariedad".