Traigo el macropuente de diciembre, más bonito que hacía Calatrava. Ocupación al noventa por ciento, gente gastando por ahí, seiscientos millones de desplazamientos y el miércoles igual hasta nos cuelan la enmienda de Esquerra para la reforma del delito de malversación con la complicidad de Pedro Sánchez.
Mientras está la gente por ahí en la casa rural de sí misma, es el momento de legislar para sacar a los colegas de la cárcel, recuerdo que en las del oeste, esto se hacía enganchando un caballo a las rejas de la celda de cárcel. Ahora te enmiendan la reforma del Código Penal. Ya no quedan cuatreros como los de antes.
A la espera del siguiente golpe, en casa hemos puesto el Nacimiento y ha quedado tan oscuro que a estas horas, en lugar de Belén, parece un callejón de Detroit. Me estoy acordando de mi padre, que quiso poner luz en el palacio de los romanos y conectó la bombilla a los cables del teléfono y estuvimos dos días sin llamar.
Hablando de belenes, me da mucha cosa lo de Ciudadanos. Bal cree que el Ciudadanos de Arrimadas es una prolongación del PP. En lo de Arrimadas, que el Ciudadanos de Bal sería el tercer partido en competir por la izquierda, o el cuarto, no sé cuantos vamos ya.
Ciudadanos tiene esa cosa de lo que no fue, por eso está hecho de melancolía y del paso del tiempo. Y tú me dirás que estábamos en la vía 221 y ahora en que solo puede quedar uno, o ninguno.