El Reino Unido tiene la responsabilidad de encargarse de los alumnos con necesidades especiales hasta los 25 años. Las autoridades están obligados a ofrecer la inclusión. En la teoría todo encaja, en la práctica muchos niños se quedan sin plaza o en casa porque no se sienten integrados. ¿Y en Italia? Dio un profundo cambio en 2012 y pasó de la integración a la inclusión: los alumnos con alguna minusvalía son integrados en centros ordinarios.
En Francia, es una de las políticas principales: todo alumno con algún tipo de discapacidad deberá ser matriculado en un colegio ordinario o si no en un centro especial financiado por el Estado. Todavía queda por hacer, falta personal y hay dificultades para encontrar plaza, más allá de la educación online. Alemania también apuesta por integrar a los niños en centros ordinarios, pero los profesores y el personal ponen mala nota al sistema.