Patrimonio Nacional gestiona ocho Palacios Reales, cinco Residencias Reales de Campo, diez Monasterios y Conventos fundados por la Corona y casi 600 hectáreas de jardines históricos. La cantidad de bienes y de colecciones de arte que albergan todos estos espacios es casi inabarcable: desde grandes cuadros de Velázquez o de Goya hasta un pequeño abanico.
Hace 90 años, el entonces presidente de la República, Manuel Azaña, empezó a plantearse cómo se podía gestionar toda esta riqueza que pasó de manos de la Corona a manos del Estado durante el reinado de Isabel II. Toda esta riqueza, con todo lo que conlleva: custodiar el objeto en sí (ya sea un palacio o un cuadro), pero también lo que representa desde un punto de vista histórico, artístico, cultural, incluso, emocional. Porque todos esos objetos explican, de alguna forma, quiénes somos.
Imaginen la responsabilidad que deben sentir las personas que garantizan el cuidado de toda esta riqueza que en muchas ocasiones permanecía casi oculta porque no había un lugar donde verla. Ese fue el motivo de crear la “Galería de las Colecciones Reales”.
En 2002 se convocó un concurso internacional que ganaron dos arquitectos, Tuñón y Mansilla, que murió antes de ver su obra completada. El resultado son 40.000 metros cuadrados, distribuidos en siete pisos, con 30 metros de altura.
La Galería acaba de abrir sus puertas, entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena, en Madrid, y la acogida está siendo bastante buena. Leticia Ruiz, su directora, asegura que tratan de contar de una forma ordenada y cronológica cinco siglos de historia del arte y añade que una forma diferente de conocer una institución "tan importante como Patrimonio Nacional". "Mostramos la cultura de una forma muy completa, esa cultura que también es patrimonio natural", explica la directora.
