Opinión en la brújula

La carta de Ónega a Franco: "¿Sabe usted general? Se tardó mucho tiempo en cambiarle de residencia"

No tengo más remedio que saludar a un señor que falleció hace 44 años, en la esperanza de que no me escuche, que el señor era gallego y, siendo gallego, nunca se sabe.

Fernando Ónega

Madrid |

En Galicia hay difuntos que salen por las noches, más o menos a esta hora, y lo hacen en procesión que llamamos Santa Compaña. Lo que ocurre es que, al menos en mi pueblo de Lugo, esos fieles difuntos no están embalsamados. Pero, por si acaso, buenas noches, Francisco Franco.

Paco, que decíamos en la aldea. Caudillo, que le dijeron después. Generalísimo, como se le llamaba en avenidas y cuarteles. Dictador, que se empezó a decir hace años, pero siempre después de muerto. Genocida, que algunos llaman en los últimos días.

Quiero decirle, general, que este 24 de octubre le sacaron a usted de las humedades de Cuelgamuros para llevarle cerca de donde tanto mandó. Si sale en Santa Compaña, puede darse una vuelta por el palacio, que sigue en el mismo sitio. Allí está todavía su habitación y algunos de sus recuerdos, que nadie mandó todavía quemar en una noche de San Juan.

Si le acompaña su viuda, que ahora vuelven a compartir techo, seguro que pueden compartir también la morriña galaico-asturiana. Quiero añadir, Francisco Franco, por si usted no lo notó, porque en el interior del féretro han puesto mucho cinc, que en el cambio de sepultura le han tratado con respeto, porque los de este gobierno son gente cortés y bien educada.

Anoto también que ha vuelto a salir en las televisiones de Europa y quizá de medio mundo, aunque no ha sido para bien y la pena es que nadie ha podido ver su cara. Y el consuelo de este país que tantas veces ha dicho aquello de "si Franco levantara la cabeza" es que la noticia de su muerte hace cuatro décadas no ha sido una "fake", sino que la tumba estaba cerrada y bien cerrada, como a usted le gustaría decir en algún discurso de fin de año.

¿Y sabe otra cosa, general? Que se tardó mucho tiempo en cambiarle de residencia. Pero este jueves, cuando se hizo, la gente que no está parada siguió trabajando. Los que acudieron a saludarle y decir "Viva Franco" eran los que sabíamos que lo iban a hacer. No se conmovió ninguna estructura. Y al jefe del gobierno que dijo que este jueves se ponía fin a una afrenta no lo metieron en la cárcel. En lo que se refiere a Franco, este país goza de buena salud.