LA BRÚJULA

La carta de Ónega a León: "Eres vida León. Eres una infinita seducción"

Fernando Ónega dirige su carta en La brújula a la ciudad de León.

ondacero.es

Madrid | 25.11.2021 23:33

Hola querida Tierra de León. Buenas noches mis hermanas y mis hermanos de León. Aquí estoy un año más, temblando como un imberbe porque me toca escribirte y quiero escribirte como se escribe a una madre. He seguido tus noticias cada día, celebré que siga vivo Saturnino de la Fuente, 112 años. El hombre más viejo del mundo y es leonés. Aplaudía Andrea Martínez, Miss Universo España, y es leonesa.

Me emocioné al saber que grandes tecnológicas se interesan por esa tierra que ha sido como una luz que no acaba de encenderse en tu largo túnel. Y sentí la amargura de no estar ahí el Día de los Pendones del Antiguo Reino, que era octubre y hacían huelga los maquinistas de Renfe. El AVE me puso a un paso de ti y justo ese día, estaba de huelga.

León, hueles a magosto y a manzanas

Pero hoy es 25 de noviembre, han llegado los fríos y las nieves bajaron de las cumbres a Los Llanos. Es 25 de noviembre y lo peor, llega un poco tarde mi carta. Pero decidme, antes de vestirse de blanco, ¿se habían desnudado del todo el castaño y el abedul? Decidme, ¿la nieve temprana ha matado el otoño? Te lo pregunto León, porque tengo miedo de que la nieve lo haya ocultado. Porque el otoño te quiere, porque el otoño leonés es la estación de la bruma y de la dulce abundancia que dijo un poeta británico algo cursi. Porque Josep Pla lo definió como la estación de los buenos olores donde, según él, los campos tienen aroma de almendras tiernas y hierbabuena. Pero León, todo León, hueles a magosto y a manzanas.

Y yo quiero decir a las gentes de España, que si quieren saber lo que es la belleza del otoño, que se acerquen a ti a partir del San Froilán, que se salgan de las carreteras de siempre, y se internen en el León del silencio y de la magia. Y allí encontrarán las tierras de El Páramo, que esperan que pase el invierno, pero en el rincón menos esperado, salte una sinfonía de colores otoñales como en pocos lugares se pueden contemplar: robles rojos, bendición para la mirada en los robledales de Rosales. Abedules de Murias de Paredes, castaños de Las Médulas, frutales del Bierzo, senda de los monjes, ruta mitológica para hablar con el dañe, la mora y el trasbordo sabinas de Riaño, plácidos ocres, tonos amarillos, toda la sublime mezcla en Hayedo La Boyariza de Sajambre, de Vegabaño, o Valporquero, catedral bajo tierra, esplendor sobre tierra. Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, Valle del Silencio.

Eres vida León, hay mucha vida en ti. Eres una infinita seducción

Cuánto paraíso, Reino de León. Cuántos escenarios para pensar y soñar, pero solo para pensar a dónde irán tantas hojas o para cantar con Serrat, una "Balada de otoño". A veces como un murmullo, a veces como un lamento, y a veces, viento. Y todo eso ¿sabéis lo qué significa? Que eres vida León, que hay mucha vida en ti, vida que espera la voz que te diga: "levántate y anda". Y que por cualquier lado, en cualquier fecha del calendario, eres una infinita seducción.