La carta de Ónega al currante español al que le gusta desayunar y fumar en horario laboral
Saludos afectuosos al currante español al que gusta desayunar en horario laboral, le apetece echarse un pitillo en el mismo horario o salir a tomar un piscolabis.
Madrid |
El que esté libre de alguno de esos pecados, que tire la primera piedra, pero coincido contigo: no has tenido tu mejor día. Este martes supiste que la Audiencia Nacional respalda que la petrolera Galp haga fichar a su personal cuando sale a fumar o solazarse unos minutos.
La finalidad es la que te imaginabas: descontar en tu nómina a fin de mes el tiempo consumido en esos vicios o costumbres. Tenía que ocurrir, querido currante. Cuando se aprobó la obligación de fichar en todos los centros de trabajo, se nos dijo que era por las horas extraordinarias.
Nos vendieron el favor. Lo que se hizo de verdad fue poner en manos del patrón un arma de destrucción masiva del tiempo perdido: ¿te escaqueas porque el cuarto de hora del bocadillo es ya tu derecho sindical, y a lo mejor lo tienes reconocido en convenio, pero le fuiste ganando minutos por aquello de la tierra conquistada?
Pues ahí te espera ese artilugio maligno del reloj que marca las horas, pero también las ausencias. ¿Alargas ese derecho al desayuno, porque no se puede empezar a trabajar sin reponer fuerzas? Pues lo mismo te digo. Y, respecto al pitillo, o los pitillos, qué te voy a decir: seguramente te venderán que es por tu salud, todo lo hacen por tu salud, para que vayas dejando de fumar.
Y si haces las tres cosas en la misma mañana y le añades algún café y algún pitillo más por aquello de combatir el estrés y la ansiedad, te salen un pico de minutos. Para el empleador, quizá sea un pico de horas. Y para el jefe de personal, un pico de días, que el tiempo no vale ni es para todos igual.
Lo que para tí es un minuto, para el patrón es una eternidad. Quiero decirte, currante, que esta sentencia solo afecta y beneficia a la empresa que fue denunciada por Comisiones Obreras. Si a tí todavía no te han advertido nada, no tienes de qué preocuparte.
Pero cuando se habla de despreocupación en este país, ya sabes que hay que ponerle un añadido: "de momento". De momento, porque también sabes lo que dice el refrán: "comer y descontar, todo es empezar".