La necesidad de una transición a una economía más sostenible ha calado en la sociedad. Las divergencias están en los detalles y los plazos. La semana pasada se reunió en Madrid el Centro de Finanzas Sostenibles y Responsables de España, del que forma parte toda la industria financiera española, desde los bancos a las cajas rurales, pasando por las aseguradoras y las gestoras de fondos.
La financiación juega un rol clave y está condicionada por la legislación general y la específica que tiene la banca. Tal y como indica un informe del estudio de Accenture y el Instituto de Economía de Barcelona (IEB) Proyecto Economía Circular España - Acelerando la transición en el sector financiero, que concluye que el sector financiero, a través de sus fórmulas de financiación y de proyectos de innovación, es un instrumento indispensable para el avance hacia la economía circular.
Las entidades financieras están dispuestas a colaborar en el plan de Finanzas Sostenibles y en el Libro Verde que va a lanzar el Gobierno. La secretaria general del Tesoro y la Financiación Internacional, Paula Conthe, avanzó el jueves pasado que mediante este plan se busca promover y facilitar una implementación "más ágil" de la normativa sobre las finanzas, desarrollando un diálogo entre reguladores, supervisores, sector financiero y no financiero para poner a disposición información relevante, guías y las mejores prácticas.
Las instituciones financieras solicitan el compromiso de todos los agentes económicos desde las propias entidades a los reguladores y supervisores. Este proceso de cambio va a requerir recursos y espacios de cooperación que sean plurales y reflejen la realidad del sector.
La transición hacia una economía sostenible requiere de un compromiso colectivo y global en el que son más eficaces los incentivos que las penalizaciones.