El futuro de la central nuclear de Almaraz, situada en Cáceres, vuelve a situarse en el centro de la discusión política y social en España, a apenas dos años de la fecha inicialmente prevista para el cierre de sus dos reactores, en 2027 y 2028. En este marco, la plataforma ciudadana "Sí a Almaraz, Sí al futuro", presidida por Fernando Sánchez Castilla —alcalde de Belvís de Monroy— reivindica con especial contundencia la continuidad de la planta, alertando sobre el impacto económico, social y energético que supondría su clausura para Extremadura y el conjunto de España.
Este movimiento representa a más de 60 instituciones, incluidas asociaciones y alcaldes de distintos partidos, y surge frente a una política energética nacional marcada por la hoja de ruta pactada en 2019 que fija el cierre escalonado de todas las nucleares entre 2027 y 2035.
Contexto de la política energética en España y los planes de cierre de Almaraz
España cuenta actualmente con siete reactores nucleares operativos, entre ellos los dos de Almaraz, que desempeñan un papel esencial en la generación eléctrica nacional, proveyendo aproximadamente el 20% de la electricidad total del país. Los planes establecidos por el Gobierno y las empresas del sector contemplan el cierre progresivo de estas centrales, comenzando por Almaraz I en 2027, seguido de Almaraz II en 2028, como parte de un compromiso de transición hacia fuentes renovables y reducción de emisiones de carbono.
Sin embargo, este calendario está generando creciente controversia porque, según diversos informes y responsables del sector, el aumento de la demanda energética, la falta de suficientes infraestructuras para almacenamiento renovable y la necesidad de garantizar la seguridad del suministro hacen poco viable esta retirada tan rápida.
Las principales compañías eléctricas españolas —Iberdrola, Endesa y Naturgy— han manifestado su intención de modificar o retrasar dichos cierres, impulsando un debate sobre la posible extensión de la vida útil de Almaraz hasta 2030 o más, siempre que se modifiquen las condiciones fiscales y de inversión para facilitar la viabilidad técnica y económica del complejo.
Un análisis reciente del operador europeo de redes eléctricas (ENTSO-E) señala que el cierre inminente de Almaraz podría incrementar el riesgo de apagones en el periodo 2026-2030, aunque el gobierno mantiene la hoja de ruta sin cambios formales.
Impacto social y económico para Extremadura según la plataforma "Sí a Almaraz, Sí al futuro"
, en su defensa pública y declaraciones en La Brújula de Onda Cero, ha detallado que el cierre de Almaraz supondría "la ruina para nuestra región". La planta es un motor económico que genera cerca de 4.000 empleos directos y sostiene a numerosas empresas proveFernando Sánchez Castillaedoras y pequeñas y medianas entidades asociadas que dependen fundamentalmente de la central y la actividad industrial alrededor.
Para Extremadura, que ha sufrido históricamente retos como la despoblación y falta de inversiones industriales, la clausura de Almaraz se traduciría en un duro golpe a su tejido productivo y social. La plataforma insiste en que las decisiones energéticas deben priorizar "la racionalidad y la defensa" por encima de intereses políticos o ideológicos.
Asimismo, expresan su rechazo a la posibilidad de que el cierre de Almaraz sea una realidad mientras otras nucleares con menor aportación al sistema eléctrico español, como Ascó o Vandellós, continúen operando, considerando esta situación como una injusticia regional y un posible uso de Extremadura como "conejillo de indias".
Movilizaciones, acciones políticas y llamado a Europa
La plataforma ha desplegado varias iniciativas para visibilizar su causa, entre ellas la presentación de una petición formal ante el Parlamento Europeo, que ha recibido un apoyo transversal de eurodiputados. Esta acción busca la creación de una comisión que visite la central y evalúe en profundidad las consecuencias de un eventual cierre.
Además, Sánchez Castilla ha anunciado la continuidad de movilizaciones, incluyendo una planificación para el 4 de octubre de este año junto a la Alianza por Almaraz, con el fin de presionar por un cambio en las políticas actuales.
El debate entre la transición energética y la seguridad de suministro
El plan nacional de energía y clima de España (PNIEC), que traza la estrategia para la reducción de emisiones y la integración renovable, prevé inicialmente ir retirando la energía nuclear, considerada como no renovable, en favor de fuentes limpias y almacenamiento avanzado. No obstante, la realidad actual muestra retrasos en el despliegue renovable y almacenamiento, lo que despierta incertidumbres sobre la capacidad para mantener la seguridad y estabilidad del sistema eléctrico, especialmente durante picos de demanda.
El sector nuclear y expertos internacionales, incluida la Agencia Internacional de la Energía (IEA), han pedido revisar el calendario de cierre para que la energía nuclear continúe jugando un rol de apoyo, dada su disponibilidad constante y emisión cero en gases de efecto invernadero.
