Lorenzo Caprile ha afirmado a Julia Otero que "se han sacado las cosas de quicio", ya que según él, más que una creación expresa para la película, este vestido "ha sido un favor entre amigos".
Según el modisto español, su amiga y figurinista de la película, Sandy Powell, le comentó que estaba preparando el vestuario para una película y que el taller que quería que le hiciera el vestido de novia estaba "a tope" y a partir de ahí, "nos intercambiamos 'mails' donde yo le proponía algunas ideas", de las que Sandy Powell consideraba demasiado elegantes para la escena en concreto. Caprile dice que estuvieron varias semanas mensajeandose hasta llegar al diseño apropiado.
En referencia a las medidas de la actriz que lució este diseño en la película, Caprile afirma que "es impresionante". Como anécdota, el diseñador dice que su maleta al viajar para entregar su creación en New york "era un maletón en el que sólo estaba el vestido".
Confiesa que su amiga le dio total libertad para hablar en prensa sobre el vestido una vez estuviera estrenada la película y asegura que "ella me pagó el favor con dos trajes de chaqueta con sus blusas de Emanuel Ungaro que me regalo para mi colección de ropa vieja".