Lucía Etxebarría, Jorge Wagensberg y Juan Adriansens hablan de los efectos sociales de toda una generación de fármacos que tratan la disfunción eréctil, a raíz de que se acerca la fecha de caducidad de la patente de la Viagra en los laboratorios Pfizer. Son más de mil millones netos de beneficios al año los que recauda la compañía y no quiere que se pueda comercializar como un genérico. Comentan que Pfizer entró en bolsa gracias a la viagra, a lo que Wagensberg recuerda que desde antes del descubrimiento de este medicamento había afrodisiacos.
Se produce un debate entre los invitados acerca de los efectos sociales, morales y personales de la viagra. ¿Qué efectos sobre la vida ha provocado? ¿Son para mejor o para peor?
Wagensberg habla de los beneficios que tiene este medicamento, ‘a algunas personas les devuelve la felicidad y las ganas de vivir’; cuenta la experiencia de un señor de 70 años al que le sucedió esto y, tras usar el medicamento, se volvió a casar.
Lucía comenta que se puede llegar al orgasmo sin erección y las mujeres sin penetración. Tras sus experiencias con dos hombres que usaron viagra, comenta que no fueron sus mejores momentos y que prefiere otro tipo de prácticas.
Adriansens no está de acuerdo con el uso de este medicamento en personas de edad avanzada, dice que cuando se llega a su edad ‘el sexo está en los ojos’. Le espanta la idea de poder ser un viejo verde, ‘hay que disfrutar del sexo cuando se es joven’. Lucía cuenta que ella conoce a personas de la edad de Juan que practican sexo sin el consumo de la pastillita.