Manu Marlasca y Luis Rendueles

Territorio negro: Todas las claves de la 'Operación Baby'

Tras cuatro años de investigación, la Policía ha detenido a dos personas como presuntos responsables de la muerte de un feto de 24 semanas en Teruel.

ondacero.es

Madrid | 27.02.2023 17:03

La ciencia se ha convertido en la gran aliada de la investigación y es capaz de resolver casos que hace apenas unos pocos años habrían quedado archivados para siempre. La historia que nos traen al Territorio Negro Luis Rendueles y Manu Marlasca es muy triste, pero nos enseña que la Policía no descansa por mucho tiempo que pase y que hace lo posible para que ningún delito quede impune. Se trata de la 'Operación Baby', un trabajo que ha logrado detener a los autores de un infanticidio más de cuatro años después de los hechos.

¿Cuándo y cómo arranca esta historia?

Todo comienza a primera hora de la mañana del 25 de septiembre de 2018. Ese día, un operario de la depuradora de Villaespesa, una localidad de los alrededores de Teruel, se dispone a comenzar su jornada. Esa depuradora recoge todas las aguas fecales de la ciudad. Cuando está limpiando las arquetas se encuentra con algo que le parece una pequeña forma humana, un bebé o un feto. El hombre decide paralizar los trabajos y llamar al 091.

La Policía se desplaza a esa depuradora y ¿qué encuentra?

Hasta el lugar van unidades de seguridad ciudadana de la comisaría de Teruel y agentes de Policía Científica. Allí, entre muchas aguas residuales, heces y desperdicios de todo tipo hallan un feto humano que es rescatado por los bomberos. Una vez fuera del agua, el feto es trasladado al instituto anatómico forense mientras que la Policía se queda en el lugar intentando recoger vestigios útiles para la investigación.

¿Qué tipo de inspección se hace en un escenario tan poco habitual como este?

Así es. Lo que hicieron los agentes de Policía Científica fue recoger muestras del agua donde estaba el feto, hacer un reportaje fotográfico del lugar e inspeccionar minuciosamente los alrededores en busca de alguna pista, pero todo fue infructuoso. El agua suele ser enemiga de la investigación policial, pero en este caso, una depuradora, es aún peor. Así que las pistas las dio, sobre todo, el cadáver, ese feto que estaba en buen estado, pese a llevar tiempo en el agua.

¿Qué pistas dio ese pequeño cadáver?

Se le hizo una autopsia muy completa de la que se extrajeron muchas y terribles conclusiones. Era una niña, un feto de veintiséis semanas que tenía la madurez suficiente en sus órganos internos y externos como para haber salido adelante, pese a, lógicamente, ser prematuro. Tampoco tenía ninguna malformación, era un bebé con un desarrollo normal. Es decir, era una niña que podría haber vivido perfectamente en el caso de que no la hubiesen arrojado allí. De hecho, la impresión de los forenses es que respiró fura del seno materno. Otro de los datos importantes que se obtuvo del informe de autopsia fue que posiblemente quien se deshizo de ella lo hizo la noche anterior al hallazgo del feto. No había pasado muchas horas en el agua. Conservaba parte del cordón umbilical y se le tomó una muestra de sangre de la cavidad cardiaca para obtener su perfil genético, su ADN.

Ese perfil entiendo que es la principal pista con la que trabajan los investigadores…

Por supuesto, ese ADN es y va a ser la clave del caso. Cuando se obtuvo se metió en la base que comparten todos los cuerpos policiales españoles, pero no hubo coincidencias. El perfil quedó registrado como anónimo. Es decir, ni el padre ni la madre de esa bebé habían sido

detenidos en los últimos años, porque sus perfiles genéticos no estaban en la base, en el CODIS, tal y como se denomina a este enorme banco de datos de ADN, una denominación heredada de la base norteamericana.

¿Cómo sigue investigando la Policía?

Es el momento en el que comienza una investigación tradicional, a la antigua usanza. La Policía empieza a buscar por Teruel y las localidades cercanas a una mujer que estuviese embarazada de entre seis y siete meses y que hubiese sido atendida en los días previos al hallazgo del feto. Para ello, investigan en hospitales y clínicas públicos y privados en busca de esa mujer gestante, pero sin resultado. Amplían la búsqueda a otros lugares, como Sagunto y Valencia capital, pero no dan con nada sólido que les lleve hasta los padres de ese feto, así que empiezan a explorar otras vías.

¿Qué vías son esas?

Como el feto apareció en una depuradora, la Policía movilizó a su unidad del subsuelo para comprobar si alguna de las tapas de las alcantarillas que conectaban con el colector había sido manipulada o movida, pero esto tampoco da ningún resultado. También se investigan todas las llamadas hechas a servicios de emergencia la noche anterior al

hallazgo del feto, ante la posibilidad de que la mujer hubiese pedido ayuda, pero esa búsqueda tampoco arroja resultados. Otra de las líneas de investigación que se siguió llevó a los agentes de la UFAM, encargados de las pesquisas, a recorrer todas las farmacias de Teruel y localidades cercanas en busca de mujeres que hubiesen adquirido medicamentos para provocar abortos cuando la gestación está avanzada. Tampoco salió nada por esta vía, así que la investigación llegó a un punto muerto, tanto que el juzgado archivó la causa por falta de autor conocido. Estamos ya a finales del 2018, principios del 2019.

Es decir, que todo apuntaba a que la muerte de ese feto iba a quedar impune. ¿Qué cambia para que finalmente no haya sido así?

El hecho de que un juzgado archive provisionalmente una causa no implica, ni mucho menos, que la policía cierre el asunto, lo olvide. En este caso, además, los investigadores contaban con una prueba clave, el ADN, el perfil genético de la bebé, así que en el año 2022, la UFAM reactivó la investigación revisando de nuevo el CODIS, esa base de perfiles genéticos. Y allí hallaron lo que buscaban.

Por partes. Decidnos con detalle qué es cómo es el CODIS y qué encontraron allí los investigadores.

El CODIS es un banco de datos de perfiles genéticos. Es un producto patentado por el FBI, del que la Policía Nacional cuenta con la licencia para España, aunque todos los cuerpos de seguridad –nacionales y autonómicos– tienen acceso a la base e introducen allí perfiles anónimos e indubitados. Por ejemplo, en CODIS está el ADN de los cadáveres sin identificar que aparecen en cualquier punto de España, pero también están los perfiles que tienen nombres y apellidos, los de personas detenidas.

Es decir, en esa base está el ADN de todas las personas detenidas en España.

De todas, no, pero sí de los detenidos por delitos considerados graves: homicidio, lesiones, delitos contra la libertad sexual, violencia de género, delitos contra el patrimonio y detenidos como miembros de organizaciones o grupos criminales. Pues bien, la Policía de Teruel encontró en los primeros meses de 2022 un perfil en CODIS que podría corresponder al padre de la bebé qué había aparecido años antes en la depuradora. Se trataba de un individuo de nacionalidad dominicana de veintinueve años residente en Teruel que había sido detenido a finales del año 2021 por un delito de lesiones. Tras ser arrestado, se le tomaron las huellas y su ADN, que al ser introducido en CODIS dio coincidente con el de la bebé.

La policía está segura de que ha dado, en efecto, con el padre, pero en este caso necesita saber quién es la madre, porque la sospecha, lógicamente, es que ella fue quien se deshizo del feto con o sin la ayuda del padre. Así que el hombre sirve en este caso para llegar hasta la madre. La policía investiga en profundidad su vida. Averiguan que no es un delincuente habitual, de hecho no tenía antecedentes. Tampoco tiene un trabajo fijo, sino que alterna empleos ocasionales con etapas en las que permanece en paro. La policía toca a todo su entorno en busca de una mujer que pueda ser la sospechosa, la que estaba embarazada en septiembre de 2018. Pero no es nada fácil porque el hombre tenía una intensa vida amorosa y hay unas cuantas mujeres que podrían ser la madre de la bebé.

Nuevamente con un trabajo de vieja escuela: muchas entrevistas a testigos del entorno del hombre condujeron a una mujer colombiana de treinta y cuatro años. Varios testimonios apuntaron a la relación entre ella y el hombre dominicano y, además, los investigadores confirmaron, gracias a los informes médicos, que la mujer estaba embarazada en septiembre de 2018. La sospechosa también residía en Teruel y carecía de antecedentes.

Ya hay un padre, certificado por el ADN, y una posible madre. ¿Qué pasa a partir de ese momento?

Estamos ya a finales del 2022 y la policía decide detener a los dos. Las pruebas de ADN no ofrecieron dudas: la detenida era la madre del feto hallado en la depuradora. La mujer reconoció su relación con el hombre dominicano y él hizo lo propio, aunque negó su relación con la muerte del feto. Ella, en cambio, si dio una versión de lo ocurrido. Dijo que había decidido abortar, pese a llevar ya seis meses de embarazo, y que para ello tomó unas pastillas que le aseguraron que le provocarían el aborto. Según su testimonio, cuando estaba en un local de ocio de Teruel notó los síntomas y en el baño abortó. Así que decidió tirar el feto por el váter.

¿Y la policía considera creíble esa versión de los hechos?

No es que no la considere creíble, es que la Policía ha comprobado que es mentira, que es imposible que el feto de esa niña acabase en la depuradora de Villaspesa si fue arrojado donde la madre dice que lo tiró. Los investigadores de UFAM contaron, una vez más, con la unidad del subsuelo para hacer un trabajo minucioso de reconstrucción: lanzaron un muñeco de dimensiones idénticas a las del feto encontrado en el colector. Y nunca llegó allí. Además, la Policía comprobó que todo ese recorrido por las alcantarillas habría dejado en el cuerpo del bebé unas marcas que el feto no tenía. Muy al contrario, presentaba un estado bastante bueno.

¿Se va a poder averiguar en algún momento lo que pasó con ese bebé?

La Policía sigue trabajando en ello, aunque la sospecha es que la madre, el padre o los dos debieron dejar el feto la noche antes de su hallazgo en un punto muy cercano al lugar donde fue hallado. Eso es lo que indica el estado del cadáver, pero eso hay que acreditarlo con pruebas. La policía está tratando de aportar al juzgado de instrucción número 1 de Teruel, encargado del caso, un posible relato de lo ocurrido y para ello están tirando de posicionamientos de teléfonos, videocámaras, declaraciones de testigos y hasta de la meteorología: están consultando las pluviometrías de las fechas próximas al hallazgo del cuerpo para tratar de recomponer un púzle que es muy complicado de recomponer, sobre todo por el tiempo que ha pasado.

¿En qué situación están el padre y la madre de ese feto con el que arranca esta historia?

Como hemos dicho, fueron detenidos y puestos a disposición judicial. El juez los puso en libertad a la espera de que la policía siga recabando esas pruebas para intentar componer un relato. Porque lo cierto es que a estas alturas ni siquiera se ha decidido de qué delito acusar a los dos detenidos. Eso irá en función del grado de participación de cada uno de ellos, de si el bebé nació vivo (como parece indicar la autopsia), de si el aborto fue natural o provocado, de quién y cómo se deshizo del cadáver. Hasta que la policía despeje todas esas dudas, si es que puede, el juzgado no va a poder determinar qué delitos han cometido el padre y la madre de esa niña que apareció en la depuradora.