TERRITORIO NEGRO

Territorio Negro: Marcial Dorado, el amigo de Núñez Feijóo, al banquillo

Era un personaje perdido en la noche de los tiempos hasta que unas imágenes suyas junto al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, le devolvieron a la actualidad. Fue el contrabandista más famoso de las rías gallegas y en la actualidad cumple una condena por narcotráfico.

Luis Rendueles y Manu Marlasca

Madrid | 28.04.2014 19:51

Hoy en Territorio Negro, queremos dar a conocer a Marcial Dorado Baulde, que el próximo 8 de mayo volverá al banquillo de la Audiencia Nacional. El fiscal le acusa de blanquear más de 20 millones de euros desde los años 90 y pide 15 años de prisión para él. Su abogado dice que el  escrito de acusación es poco más o menos que una fabulación…

Marcial Dorado Baulde nació hace 64 años en la Isla de Arosa, en Pontevedra, una tierra en la que han nacido muchos de los más famosos narcos y contrabandistas del pasado siglo. El primero trabajo de Marcial, en los años 60, fue el de empleado del barco que unía la isla de Arosa con la península, un trabajo que le sirvió como primera toma de contacto con el mar y las lanchas, siempre presentes en la vida de Dorado.

En esos mismos años 60 ya fue detenido por contrabando de tabaco y transistores y sancionado con una multa. Pero veinte años más tarde, cuando los jueces empezaron a tomarse en serio el contrabando industrial de tabaco, Marcial Dorado ya era el líder de uno de los grupos más fuertes de la ría.

El contrabando de tabaco, que fue un medio de vida para mucha gente de la costa gallega y que durante muchas décadas fue tolerado y aceptado… El fumé lo llamaban allí. En 1983 se desencadenó la primera gran redada contra las redes de contrabando. La administración se dio cuenta del daño que hacía esa actividad a las arcas públicas y se lanzaron contra las principales organizaciones: la de Laureano Oubiña, la de Vicente Otero, alias Terito, y la de Marcial Dorado, que se refugió en la localidad portuguesa de Valença do Minho.

Cuando las aguas se calmaron, Dorado se entregó a la justicia, quedó en libertad tras pagar una fianza muy pequeña y esperó un macrojuicio en la Audiencia Nacional, en el que supuestamente se iba a juzgar a casi cien contrabandistas, un juicio que nunca llegó.

Después de esa macro redada es cuando muchos de los contrabandistas históricos dan un paso adelante y se convierten en narcotraficantes, aprovechando la infraestructura que ya tenían: lanchas, puntos de desembarco, almacenes, transporte por tierra.

A finales de los años 80 nacen los grandes clanes de narcotraficantes en las rías: los Charlines, Sito Miñanco, Oubiña… Marcial Dorado siempre presumió de haberse resistido a esa reconversión, dijo que él nunca traficaría. Sin embargo, el fiscal asegura en su escrito de acusación que “venía dedicándose al tráfico de drogas desde los años 90”, algo que niega rotundamente su abogado, Manuel Tuero.

Pero lo cierto es que Marcial Dorado fue uno de los detenidos en aquella macro operación Nécora que dirigió el juez Baltasar Garzón en 1990 y que supuso el arresto de más de 60 personas.  Y también es cierto que cuando la policía le puso a disposición del juez Garzón, el magistrado le dejó en libertad, sin medidas cautelares y sin cargos. Dorado ni siquiera tuvo que acudir a declarar como testigo en el macrojuicio en el que se sentaron 48 personas en el banquillo.

De hecho, un año antes, en 1989, Dorado anunció en una entrevista que había dejado el negocio del contrabando y que se dedicaba a la promoción inmobiliaria, la viticultura y la producción de aceite.

Y es en esa década de los 90 cuando están fechadas las imágenes en las que se ve en un barco a Dorado con un joven Alberto Núñez Feijóo. Concretamente, en 1995. Marcial y el político, que entonces era el número dos del la Conserjería de la Xunta de Galicia, se conocieron en 1994 a través de Manuel Cruz, un chófer que era militante del Partido Popular y que trabajaba para el gobierno gallego. Cruz compartía algunos negocios con Dorado e incluso fue acusado de blanqueo de capitales, aunque murió en 1999. De hecho, el propio Marcial Dorado fija el día del entierro de Cruz como el último día que vio a Núñez Feijóo.

Antes, Dorado y el político viajaron a Canarias, Portugal, Baleares y Picos de Europa… Feijóo estuvo en la casa de veraneo del Marcial en Baiona varias veces. El presidente de la Xunta explicó en el parlamento gallego que en aquel momento, en 1995, no sabía de las actividades ilícitas de Dorado. Lo cierto es que hasta ese momento no había sido ni detenido ni condenado por narcotráfico, aunque sí era un contrabandista sobradamente conocido, y más en Galicia.

Nosotros hemos tratado de acercarnos lo más posible a la realidad, aunque no sabemos si habremos tenido éxito. Para el político, como no podía ser de otra forma, las fotos han sido filtradas por sus enemigos, por la oposición. Incluso llegó a insinuar que desde tiempo atrás, le habían amenazado con sacarlas a la luz.

Marcial Dorado apunta al entorno de Núñez Feijóo, concretamente a la mujer que le acompañó en ese minicrucero por la ría de Vigo. Desde la prisión de Topas (Salamanca) y a través de sus abogados, niega que su mujer, Otilia Ramos, o su ex mujer, María Fariña, hayan tenido nada que ver con la filtración de las imágenes.

Hay una tercera vía que sostiene que las imágenes fueron filtradas por el Servicio de Vigilancia Aduanera, el organismo que llevó a cabo las investigaciones por las que Marcial se sentará en el banquillo el 8 de mayo. Según esta versión, las fotos sirvieron para reactivar un proceso que estaba en vía muerta y obligaron al fiscal a formular una acusación.

Habíamos dejado a Marcial Dorado en los 90 y es en esa década cuando tiene un serio tropiezo con la justicia, incluso antes de darse ese paseo en barco con el hoy presidente de la Xunta. En octubre de 1992 fue detenido en su casa de la isla de Arosa. Se le acusó de ser el propietario de un alijo de 10.000 cajas de tabaco de contrabando, más de cinco millones de cajetillas, valoradas en más de seis millones de euros. El tabaco estaba en la bodega de un barco alemán que iba a entrar en el puerto de Bilbao. El juicio tardó siete años en celebrarse. A Marcial le pedían tres años de prisión y una millonaria multa, pero fue absuelto porque el procedimiento estuvo lleno de irregularidades.

Él y su defensa sostienen que tras dejar el contrabando se dedicó a ser intermediario en el negocio del tabaco. Compraba tabaco norteamericano en Suiza a las grandes compañías tabaqueras y lo vendía en puertos francos, es decir, sobre todo en las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos. Así, sostienen sus abogados, habría forjado su fortuna. Para el fiscal, sin embargo, el origen del enorme patrimonio de Dorado está en el narcotráfico.

Será la Audiencia Nacional la que decida, pero lo cierto es que hoy, Marcial Dorado está en prisión cumpliendo una condena por narcotráfico. Una condena que el Tribunal Supremo fijó en diez años. El proceso arranca en el año 2003, cuando Dorado es detenido en relación con la captura de 6.500 kilos de cocaína a bordo del pesquero South Sea. Según la sentencia, Marcial participó en la introducción de ese alijo aportando cuarenta millones de pesetas y proporcionando a la organización una embarcación de alta velocidad, la Nautilus, construida en Astilleros Hércules, una compañía de su propiedad. Tras esta operación, las autoridades suizas abrieron un procedimiento en aquel país con un resultado más que favorable para Dorado.

La justicia suiza, donde Dorado tenía varias cuentas y sociedades y un gestor que trabajaba para él, Enzo Liparulo, abrió un proceso contra ambos por blanqueo de capitales. Los tribunales determinaron que la fortuna de Marcial Dorado, depositada en varias cuentas de diversos bancos helvéticos, procedía del comercio lícito de tabaco. Los peritos de la fiscalía suiza lo remarcaron en sus informes e incluso pusieron de manifiesto varios movimientos de dinero con grandes compañías tabaqueras, como Reynolds.

En Suiza, inocente, pero aquí, en su país, a Marcial Dorado le piden 15 años de prisión por varios delitos es ese juicio que comenzará el próximo 8 de mayo. El fiscal le pone al frente de una organización criminal y le acusa de blanqueo de capitales, falsedad documental, violación de secretos y delito fiscal. En su escrito asegura que desde los años 90, Dorado se dedica al narcotráfico, sobre todo construyendo embarcaciones para el transporte de la droga. La fiscalía sostiene que desde entonces, la organización de Dorado ha blanqueado 21 millones de euros mediante distintos procedimientos.

Por ejemplo, el fiscal se refiere a los testaferros y a las 33 sociedades que hay en el entramado de Marcial. Algunas de esas empresas operaban desde lugares como Suiza, Islas Vírgenes Británicas, Panamá, Belice, Liechtenstein, Portugal y Bahamas. Además, la fiscalía detalla las cuentas a las que iba a parar el dinero de Dorado y el inusual movimiento que había en ellas.

Se encontraban en Suiza, pero no solo allí, también en las islas Bahamas, donde tiene inmovilizados dos millones y medio de francos suizos. En Suiza, la justicia encontró diversas cuentas relacionadas con Marcial en las que había algo más de un millón de francos suizos. El fiscal señala, como ejemplo de la anómala operativa de estas cuentas, que solo en diciembre de 1997, Enzo Liparulo, el gestor de Dorado, ingresó en metálico 3.200.000 euros en una sucursal del BNP de Ginebra.

Recordemos que aquí lo que se va a juzgar es si Dorado blanqueó o no dinero, no si se dedicaba al narcotráfico, algo que la justicia española da por zanjado con la condena de diez años de prisión que cumple en estos momentos.  Lo que ocurre es que la fiscalía de la Audiencia Nacional debe demostrar que esos 21 millones de euros que habrían sido blanqueados proceden del narcotráfico. En el escrito de la fiscalía se habla también de una de las fórmulas clásicas de hacer aflorar el dinero de procedencia ilícita: la compra de lotería premiada. El fiscal dice que Dorado compró cinco décimos agraciados con el gordo de navidad de 1998, un total de 72 millones de pesetas, que ingresó en cuentas bancarias abiertas por él y por cada uno de sus tres hijos, que también se sentarán en el banquillo. Sin embargo, aquí va a tener problemas el fiscal…

Porque el propio Sepblac del Banco de España investigó ese premio y no encontró nada sospechoso. Pero es que, además, el dueño del bar La Chabola, en el que fueron adquiridos los décimos premiados, dijo durante la instrucción que Dorado compraba desde hacía diez años diez décimos y que ese año solo le pudo guardar cinco. Según él, si su intención era comprar lotería premiada podría haber comprado hasta diez décimos, porque toda la parroquia del bar sabía que eran los que él se llevaba habitualmente.

Entre los testigos del juicio contra Marcial Dorado está el juez Vázquez Taín, un magistrado convertido en celebridad. Él fue, precisamente, quien inició esta causa contra Marcial Dorado desde su juzgado de Santiago de Compostela. Pero es que uno de los asuntos que se van a juzgar es si Dorado contó con la complicidad de un teniente coronel de la Guardia Civil, Juan Miguel Castañaeda, para prefabricar una serie de acusaciones contra el juez y agentes de Vigilancia Aduanera, encaminadas a desprestigiar su trabajo y hacerles pasar por corruptos.

El teniente coronel estaba destinado en Marruecos y desde allí hizo llegar a la Unidad Central Operativa una denuncia en la que se acusaba a uno de los responsables de la investigación, el jefe de un grupo operativo del SVA, de pagar 25 millones de pesetas a otros funcionarios del SVA para guardar silencio en la supuesta trama de corrupción existente en ese organismo que, según esa denuncia, colaboraba con redes de narcos, una trama en la que también estaría implicado el juez Vázquez Taín.