TERRITORIO NEGRO: LA HISTORIA DEL ROBO DEL CÓDICE CALIXTINO

Luis Rendueles, sobre el robo del Códice Calixtino: "Nunca había visto un lugar del crimen igual"

Luis Rendueles y Manu Marlasca celebran que Territorio Negro cumple 500 programas. En este territorio de celebración, Rendueles presenta su última novela, 'Los ratones de Dios', una historia sobre el robo del Códice Calixtino.

ondacero.es

Madrid | (Publicado 11.06.2019 17:40 )

El Códice Calixtino, un libro del siglo XII, que algunos valoran en 7 millones de euros y otros en 90, ya ha vuelto a la caja fuerte de la catedral. Su fama aumentó cuando el 8 de julio del 2011, el medievalista del archivo de la catedral de Santiago de Compostela descubría que faltaba el Códice Calixtino. "Realmente el Códice Calixtino fue un libro realizado como una operación de marketing para convertir a Santiago en una especie de segundo Vaticano".

Rendueles afirma que lo sorprendente del robo del Códice Calixtino, es que "nunca había visto un lugar del crimen igual, no sólo por el clima, sino por los personajes". "El paisaje humano y el ambiente era inigualable, me parecía el mejor sitio para escribir", nos cuenta. En su día alguien dijo que el robo del Códice Calixtino parecía un guion de Berlanga. La historia del robo de esta joya bibliográfica, uno de los libros más importantes del mundo, mezcla humor y suspense.

La inspectora Ana y Antonio Tenorio, jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía, fueron los que dirigieron la investigación. Tenorio nunca se había enfrentado a un caso así, "cruzar la catedral era entrar en otro tiempo". "Cuando la policía entra en la catedral de Santiago, al poner luz sobre esa zona tan cerrada, acaban explotando un montón de historias", explica Rendueles. Los policías lidiaron con muchas pistas falsas, que se iniciaron con una que los llevaba a un supuesto grupo de "neonazis gallegos", que resulto falso. Se pensó que el ladrón también pudo ser un famoso ladrón húngaro al que se conocía como 'Usain Bolt' por su rapidez y destreza, que quedó descartado en seguida por su localización cuando ocurrió el robo. Otra pista disparatada la apuntaba una monja de la catedral, que culpaba al organista, porque sospechaba que era "homosexual y que tenía relaciones en malos ámbitos".

Finalmente, la joya fue descubierta en el garaje del antiguo electricista de la catedral, Manuel Fernández Castiñeiras, que también había robado más de un millón de euros de las arcas del templo a modo de venganza por ser despedido. "Sin el juez José Antonio Vázquez Taín y Tenorio, que se arriesgaron a firmar una orden de registro en casa del electricista pese al miedo a hacer el ridículo y a actuar al límite de la ley", explica Manu Marlasca. El título de la novela se lo debe al deán de la catedral, José María Díaz. Cuando la inspectora Ana acudió a hablar con él y le preguntó que por qué no habían informado antes a la policía de todos los delitos que se producían en el templo, el deán le respondió: "Hija mía, donde hay queso siempre hay ratones". La Xunta de Galicia le arrebató el control del templo a los religiosos en 2014. Los donativos subieron al doble en un año cuando la administración pasó a ser civil.