Hablar de Oksana Masters es hablar de valentía y superación. Esta joven estadounidense, nació en Ucrania en 1989, solo tres años después de la tragedia de Chernóbil. Oksana nació con múltiples malformaciones provocadas por la radiación: cinco dedos en la mano, pero ninguno de ellos eran pulgares, una tibia más larga que la otra, un solo riñón y seis dedos en cada pie.
Al poco tiempo, sus padres la abandonaron en un orfanato donde pasó varios años de su vida y sufrió abusos físicos y sexuales continuados. Oksana relata en una carta el calvario que se esconde detrás de los orfanatos de Ucrania. Los define como lugares oscuros donde siempre hace frío y hay humedad, y donde apenas hay comida.
Oksana pasó por tres orfanatos en siete años, en los que nadie la quiso adoptar, hasta que conoció a Gay Masters, una logopeda americana que la acogió y se la llevó a vivir a Estados Unidos. Cuando llegó a Estados Unidos su madre la animó a practicar algún deporte y al entrar en contacto con el agua se enamoró de ella. El deporte cambió su vida.
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Oksana logró recomponerse de su complicada infancia y con 31 años, ya ha disputado cuatro Juegos Paralímpicos en cuatro deportes diferentes.