Nuestra invitada ha dejado su huella por todo el mundo, son murales enormes, preciosos que transforman los lugares donde los pinta y uno de ellos acaba de ser escogido entre los mejores del mundo.
Lula Goce, nació en Bayona y, como buena gallega de costa, el aire del mar, la llovizna y las playas fueron su primera influencia plástica y artística. De niña, dibujaba los murales de su clase. De adolescente, aprovechaba cualquier ocasión para salir a pintar con sus amigos los muros de las fábricas abandonadas y con 20 años se fue a Salamanca a estudiar Bellas Artes para convertir su pasión en oficio. Después, se trasladó a Barcelona donde hizo el doctorado y se enroló en diferentes colectivos de arte callejero con los que depuró su técnica embelleciendo las calles y los muros de la ciudad.
Desde entonces, ha viajado por todo el mundo exponiendo tanto sus lienzos, como plasmando ese arte en enormes muros de Azerbayán, Bélgica, Alemania, Miami o Nueva York, la cuna del arte urbano.
En España, sus obras decoran muchas paredes en ciudades como Vigo, Murcia, Barcelona, Madrid y entre sus asignaturas pendientes, pintar en un barco de pesca de gran calado un inmenso mural.
¿Cómo empezó? Recuerda estar cursando tercer curso de EGB cuando una profesora llamó a su madre y ella pensó que la llamaría la atención por lo nerviosa que era en clase. Sin embargo, lo que la maestra quería era enseñarle a su madre un mural que habían pintado varios compañeros para destacar el trabajo de Lula Goce: "Ahí fue el primer momento en el que tuve conciencia de que se me daba bien".
La pintura mural es un arte que se hace en miles de metros cuadrados, pero también muy efímero por el deterioro o el cambio urbanístico. ¿Cómo se gestiona un trabajo tan ingente que puede durar tan poco tiempo? Explica Goce que tiene una vigencia de cinco o diez años, pero que es "parte del encanto" porque parte de la "pretensión de que todo el arte es efímero": "Hoy en día, gracias a las redes sociales e Internet tenemos registros y libros que dan una extensión añadida a esas obras. Yo pinto un mural de 200 metros cuadrados, pero la mayoría de gente que me sigue lo percibe en una pantalla".
