Una rosa antigua española que crece en una zona montañosa en la cordillera Cantábrica -denominada como Rosa Narcea- ha logrado ser "mejorada genéticamente" por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Una variación
que se realiza por primera vez en este tipo de plantas.
La Rosa Narcea, que florece entre mayo y junio, desprende una intensa fragancia y es de color rojo-púrpura, tiene pétalos abundantes, con una media de entre 60 y 70 en cada flor, y de gran tamaño. Otra de las características que la hace tan especial es la forma de crecimiento del rosal que, en lugar de formar arbusto, crece erguido, como si de un pequeño árbol se tratase.
La Doctora en biología Carmen Martínez nos habla de este descubrimiento y como ella y su equipo han dedicado los últimos cuatro años a estudiar sus condiciones óptimas de cultivo y cosecha.