Era el año 1999 cuando Rocío Wanninkhof, una joven de 19 años, desapareció una noche del mes de octubre. Al día siguiente, su madre encontró unas zapatillas, un pañuelo y unas manchas de sangre en un descampado cercano a su casa de la Cala de Mijas.
Ahí comenzaba uno de los episodios más truculentos de la historia del crimen en España. Un asesinato por el que fue condenada erróneamente Dolores Vázquez, la ex pareja sentimental de la madre de la joven asesinada.
Hablamos con Tania Balló, que recoge toda la historia en un documental que está a punto de estrenarse, 'El caso Wanninkhof-Carabantes' y Beatriz Gimeno, quien analizó en un libro los factores que contribuyeron a convertir el caso en un escándalo con una condena pública a una inocente.
Tania explica que el caso contiene "elementos", como la presunción de inocencia, que "20 años después y con una perspectiva histórica debemos afrontar".
"Dolores Vázquez pasó 517 días en la cárcel por un crimen que no cometió y a día de hoy no ha recibido ninguna reparación ni por su paso por prisión ni por el linchamiento social", señala Tania.
Errores judiciales
Tania apunta que "no hubo pruebas contra Dolores Vázquez", quien además contaba con coartada. Su acusación y posterior condena se basó en "indicios e intuiciones" a raíz de las cuales "se desencadena todo".
"Se trata de la construcción de un falso culpable que tantas veces hemos visto en películas y series. Se saltaron todas las líneas rojas. Determinaron que era un crimen pasional y no sexual y a partir de ahí construyeron un relato", explica Tania, que señala además que en el juicio "se buscó, en todo momento "masculinizar a Dolores Vázquez".