Un tribunal italiano ha condenado a seis científicos y a un responsable del Gobierno italiano a seis años de cárcel por no haber avisado adecuadamente del terremoto de L'Aquila de 2009, que mató a más de 300 personas.
Pilar Rahola afirma que la sentencia es de un populismo y de una peligrosidad enorme. Convertir al científico en culpable sobre una catástrofe, le parece 'una barbaridad'. Es muy fácil decir a toro pasado lo que se podía haber hecho o lo que no.
Javier Sádaba opina que la sentencia está malamente politizada. No son ciencias exactas y un terremoto tampoco. Los científicos no están libres de culpa, pero no son los culpables de lo ocurrido. Había que buscar culpables. No hay más que ver las reacciones de los científicos mundiales.
El General Monzón cree que, a la hora de prevenir, mejor pasarse que no llegar. Hay que tomar las precauciones máximas y la seguridad hay que montarla bajo la hipótesis de que ocurran los hechos más peligrosos que pueda haber, y en este caso era un terremoto. Corresponde a las autoridades decidir que lugares pueden albergar estos peligros.