Julián Casanova califica a Albert Camus como "un observador de la civilización que se rompe con la II Guerra Mundial"; "es un personaje raro, un rebelde, un intelectual, un independiente". Nos explica que su pensamiento "cambia profundamente cuando ve asesinatos, crímenes, dictaduras y límites a la libertad individual".
Elisa Beni quiere destacar su faceta como periodista y destaca que "Camus fue la persona que dijo que el periodismo era la profesión más bella del mundo". Además, "hace una guía objetiva respecto a cuáles son los valores del periodismo" que aún debería seguir estando vigente y explica que "su pensamiento global es el de la común dignidad humana".
Manuel Delgado quiere aclarar que "Camus era un rebelde pero no un revolucionario", y que uno de sus logros por el que fue criticado es que "lo que hace Camus es popularizar la tradición de filosofía negativa".