Por segundo año consecutivo será una Semana Santa atípica, condicionada por la pandemia del coronavirus y sin procesiones. Además, se nos impide salir de nuestras comunidades autónomas. Pero tenemos otras costumbres gastronómicas como por ejemplo las torrijas y hay quien ha reinventado la forma de vivir la tradición de Semana Santa gracias a las nuevas tecnologías. ¿Hay una reivindicación moderna de las fiestas y costumbres tradicionales? Reflexionamos con Elisa Beni, Javier Gallego y Noelia Adánez.
Para Noelia las tradiciones y la modernidad conviven, y desde hace unas décadas la tradición es un objeto de consuno y en un bien de negocio. “Hasta tal punto que podemos importarlas como por ejemplo con Halloween”, añade.
La Semana Santa desde hace tiempo es atípica depende de quien y como la celebren, destaca Elisa, ya que en varios sitios de España se vive de forma muy diferente como en Andalucía o en el Norte. “Las tradiciones son tradiciones hasta que dejan de serlo y la pandemia nos lo acaba de demostrar. Ahora toca estar en casa y hay que adaptarse”.
“Es cierto que en la España de hace décadas estaba mucho más implicado el sentimiento profundo de una Semana Santa más vivida pero luego ha trascendido a clases sociales y a ideologías en ciertos lugares. Aunque la cultura y el espectáculo de la Semana Santa es emocionante seas o no creyente y va más allá del consumo”, resalta Javier.