Antón Reixa defiende que el límite de la libertad de expresión ésta en sí misma. En cuanto al debate que ha surgido en Twitter, reconoce que "es imposible legislar el humor negro". Por su parte, Juan Adriansens, a pesar de no estar involucrado en las redes sociales insiste que esto ha pasado siempre y no se puede estar pendiente de "la gente ruin". Elisa Beni critica los insultos y amenazas en Twitter pero afirma que "Lo mismo que es delito en la calle es delito en Twitter".