El Gabinete

El Gabinete: Dimisión en pleno del Gobierno ucraniano

En el Gabinete nos vamos a Ucrania donde la movilización ciudadana, después de dos meses de protestas, ha derivado en la dimisión en pleno del Gobierno ucraniano. Lo debatimos con Manuel Delgado, Juan Adriansens y Cristina Losada.

ondacero.es

Madrid | 28.01.2014 19:16

El presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, aceptó la dimisión en pleno del Gobierno dirigido por el primer ministro, Nikolái Azárov, después de más de dos meses de protestas opositoras. Azárov presentó su dimisión en aras de facilitar la solución del conflicto que enfrenta desde noviembre a la oposición con las autoridades y que mantiene a miles de manifestantes en las calles.

Nos preguntamos qué lecciones podemos aprender del caso de Ucrania, qué lecciones deben extraer los Gobiernos que no cuentan con la opinión de sus ciudadanos en las decisiones que toman y si el caso ucraniano es un síntoma de nuevos tiempos en la relación entre gobernantes y gobernados.

Manuel Delgado cree que ‘la moraleja que se obtiene de esto es que quien tiene la última palabra es la calle, como ha quedado demostrado en numerosos países del mundo o como acabamos de ver en Madrid con la sanidad. Sea cual sea el contenido de la protesta, la calle tiene un protagonismo que creíamos obsoleto. La ciudadanía no puede conformarse con votar cada cuatro años’.

Juan Adriansens afirma que  ‘las revueltas son necesarias. Cuando un estado, gobierno, etc, se deshace y no da las mínimas prestaciones que tiene que dar, no hay más remedio que acudir a la calle, es legítimo. Luego la calle podrá obrar mejor o peor. Hay que evitar que la gente se desespere, de lo contrario, puede traer consecuencias que no guste a todo el mundo’.

Cristina Losada apunta a la situación de Ucrania: ‘Parte de la sociedad es más a fin a Rusia, y quieren establecer lazos con Putin, mientras que otro sector se aleja de Rusia y quiere formar parte de la UE. Siempre ha habido un enfrentamiento por este hecho, como fue la Revolución Naranja en 2004. Además, es un país que no ha acabado de terminar la transición a la democracia: Ha habido pucherazos e intentos de envenenar a los candidatos a la presidencia. No es una democracia ‘homologable’’.