En el Gabinete reflexionamos sobre la extraña muerte de Alberto Nisman, el fiscal que acusó a la presidenta argentina de encubrir a terroristas iraníes en un atentado antijudío hace 20 años en Buenos Aires. Nisman fue encontrado muerto en su casa en extrañas circunstancias, el día antes de tener que presentar en Parlamento argentino las pruebas de su grave acusación. Nos preguntamos qué pasa en Argentina y por qué un atentado tan grave, que causó la muerte a ochenta y cinco personas y heridas a trescientas, aún sigue investigándose veinte años después. ¿Es el caso Nisman un crimen de Estado? ¿Qué dice de la política y de la Justicia argentina su confusa muerte?
Pilar Rahola ve "alucinante que una presidente de gobierno hable de suicidio cuando todavía no se ha esclarecido lo sucedido. Conozco el país y su gente, y la preocupación se va incrementando por persecución política. Hay tipos en el gobierno que no los querríamos cerca de casa. Si el fiscal no se ha suicidado, esto es un magnicidio. El fiscal más importante investigando el atentado más importante de Latinoamérica, y con implicación de Irán, en medio de la gran preocupación mundial, es muy gordo, y con la presidente investigada".
Julián Casanova opina que "el tema principal es el país, con algo que se lleva denunciando durante mucho tiempo, un país con mafias políticas, judiciales, de servicios secretos, gente que saca partido de sucios negocios. Antes de la muerte, los medios se iban a movilizar en el congreso contra la presidenta. Después de lo que ha pasado, argentina necesita una presión social contra esta impunidad, y si no, triunfará la impunidad del gobierno. Va a haber una movilización social porque mucha gente no cree que haya sido un suicidio".
Juan Adriansens mira más alla y afirma que "el problema de argentina no es solo su credibilidad, es su historia reciente. Argentina fue posible y aplaudida durante una dictadura durísima que dejó el país en el desastre económico y político. Argentina es un país muy difícil de hundir por los recursos que tiene, pero las fibras morales, en muchos sectores de la población, están muertas. El grado de aceptación a la violencia que ha habido en Argentina… ahora extrañarse por un muerto… es tan triste la historia en cuanto a los derechos humanos". Añade que "nadie se suicida después de hacer la lista de la compra".