El día que un partido de fútbol paró una guerra
El 25 de diciembre de 1914 soldados aliados y alemanes acordaron una pequeña tregua que derivó en un partido de fútbol durante la Primera Guerra Mundial.
Ocurrió en el año 1914 en un pequeño pueblo de Bélgica, a 20km de la frontera con Francia, empotrado en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial. Habían pasado cinco meses desde que se inició la guerra y acababa de producirse gran ofensiva de los aliados que terminó con un gran número de muertos.
Vísperas de Navidad, la princesa María, del Reino Unido, y el káiser Alejandro, de Alemania, enviaron a los soldados cartas y regalos de Navidad. El 24 de diciembre, desde la trinchera alemana comenzaron a cantar Noche de Paz mientras bebían. Uno de ellos salió de su tienda y plantó uno de los árboles regalados por el káiser en el suelo.
Los soldados del bando aliado lo vieron y entendieron que había llegado el momento de parar la guerra, por lo que durante esa noche se intercambiaron bebidas y alimentos.
Esta tregua no sentó muy bien y desde los cuarteles generales pidieron responsabilidades para saber quiénes habían participado, pues lo consideraron una deslealtad. Sin embargo, los soldados continuaron con la tregua.
Cientos de muertos enterrados durante el día de Navidad y, por la tarde, un escocés salió con un balón en la mano. El partido entre alemanes y aliados concluyó con una victoria de los alemanes por 3-2.
No todos los soldados estaban de acuerdo con esa tregua, por lo que, poco después, un oficial del ejército británico cogió un fusil y mató a un soldado alemán. Ahí terminó la tregua.