Sin embargo el argumento esgrimido por el juez Florencio de Marcos merece alguna reflexión. Dice el magistrado que “la aplicación de la norma proyecta sobre la comunidad la sensación de cierta impunidad…en un momento de gran sensibilidad social al respecto”.
Está claro que el Juez sabe dónde vive y en qué tiempos estamos pero no deja de ser inquietante que las decisiones judiciales se hagan por las “sensaciones” que puedan generar en la opinión pública. Si Matas, en su primera condena, ya ha cumplido la tercera parte de la misma, es lógico que se le aplique la misma ley que a los demás. Llegarán otras condenas con toda probabilidad pero la que tiene ahora mismo en firme, le permite salir de la prisión durante el día.
Aquí lo raro es que la fiscalía no dijese nada cuando Matas salió y que en cambio pidiese su ingreso a toda prisa en cuanto observaron el revuelo causado.
Lo más sensato es que se cumpla la ley, nos guste más o menos. Y si no, que se cambie pero mientras está, debiera ser igual para todos.