Pues ya lo vieron, el presidente francés ni siquiera esperó al recuento de las elecciones europeas la noche del domingo. Tenía tan asumida la derrota, según los sondeo,s que decidió disolver la Asamblea y convocar elecciones legislativas.
No le afectan a él, ya lo saben, que sigue como presidente de la República hasta el 2027, pero sí afecta a toda la composición de la Cámara francesa.
Digamos que el Big Bang en el sistema de partidos en Francia ha sido de tal magnitud que hay movimientos a derecha e izquierda que rompen todos los tabúes.
"Formar un Frente Popular. La izquierda debe unirse para evitar que la extrema derecha llegue al poder. Es la responsabilidad histórica" eso que acabo de leer es la contundente portada del periódico francés "Libération", que pide unión de todos para frenar la llegada de la ultraderecha al poder. Eso en la izquierda.
Pero en el otro lado, los republicanos, la derecha convencional francesa, la heredera de Chirac y Sarkozy, en fin, el PP francés para entendernos, sugieren una alianza con Marine Le Pen para dejar de ser irrelevantes en la política francesa.
Ese es el gran sueño 'Le Penista' ese bloque nacional de la derecha y ultraderecha Unidas. Hay muchos conservadores franceses, sin embargo, que consideran una infamia esa propuesta, de modo que incluso podría haber un cisma, podría romperse el partido de la derecha convencional de Francia, que es la heredera de De Gaul. Así que se están rompiendo paredes maestras que se creían indestructibles.
La situación francesa, desde luego, merece un análisis profundo. Es un espejo que tal vez esté reflejando una imagen del futuro en España.
