Joana Biarnés empezó en el mundo del fotoperiodismo de la mano de su padre, que era fotógrafo deportivo, en Tarrasa (Barcelona), mientras que a la vez llevaba a cabo sus estudios en la Escuela de Periodismo de Barcelona.
Un profesor suyo, al enterarse de que no le gustaban los toros por la sangre, le mandó hacer un reportaje de cómo mataban todo tipo de animales en un matadero. También cubrió acontecimientos deportivos y, por el hecho de ser mujer, muchas veces no fue muy bien recibida aunque estuviese acreditada para ello.
A partir de un reportaje que gustó al director del diario Pueblo, Emilio Romero, la llamó para ofrecerle un trabajo como fotógrafa del diario en Madrid. En esa época era la única mujer entre todos los fotógrafos, pero aun así llegó a cubrir el concierto de los Beatles en 1965, a los que siguió hasta Barcelona en su mismo avión y llegó a estar en la habitación su hotel.
Conoció a gente muy famosa, y es que durante años fue la fotógrafa del cantante Raphael, y realizó reportajes a personajes como Sara Montiel, la duquesa de Alba, Lola Flores, Audrey Hepburn o Joan Manuel Serrat, entre otros.