La masonería llegó a España durante la invasión de las tropas de Napoleón y desde sus inicios estuvo precedida por ciertas leyendas y mitos antimasónicos. Según la profesora de Historia del Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid y experta en Masonería, Isabel Martín Sánchez, la masonería fue vista en España como enemigo, ya que vino a manos de los franceses y comenzó a configurarse “una mala imagen”.
Es una corriente liberal y progresista, por lo que el absolutismo, el conservadurismo, la nobleza y el clero la veían también "como enemigo". Además, era considerada antipatriótica y anticatólica.
La historia de España acoge dos acontecimientos “clave” que hicieron que la prensa nacional emprendiera una propaganda contra la masonería: la pérdida colonial y la II República.
“Las logias masónicas hicieron buena parte del trabajo que posteriormente harían los partidos políticos”, explica la profesora, quien además incide en la vinculación de la masonería con el judaísmo y el control de los judíos a nivel global.
Por otra parte, Isabel Martín remarca que la masonería en España nada tiene que ver con la anglosajona, pues en Estados Unidos e Inglaterra está bien vista. El príncipe de Inglaterra pertenece a la Logia masónica y grandes presidentes norteamericanos han sido masones reconcidos.